sábado, 14 de junio de 2008

LA IMPORTANCIA DE LA EDUCACION Y LA I+D

El Círculo de Economía acaba de dirigirse al conjunto de los partidos políticos para que hagan de la educación la gran prioridad del país. Pocos días después la OCDE ha anunciado que para el año en curso China se ha convertido en el segundo país del mundo por su gasto en I+ D (136.000 millones de dólares), desbancando a Japón (130.000 millones) y sólo por detrás de Estados Unidos (330.000 millones). Estas cifras suponen el 6,4% del PIB para China, el 2,7% para Japón y el 2,8% para Estados Unidos. El último año China ha incrementado un 20% el gasto en I+ D. Aunque a primera vista pueda no parecerlo, ambas noticias están estrechamente relacionadas.

La Vanguardia.es

Ya he subrayado en estas páginas la obsesión tecnológica de China. De 1840 (primera guerra del opio) a 1949 China se vio convertida de hecho en colonia de los países occidentales por haber perdido el tren de la revolución industrial. El trauma sigue vivo y China no está dispuesta a perder el tren de la revolución de la información, lo que la dejaría de nuevo en situación de inferioridad.

Al dato sobre el gasto en I+ D, hay que añadir que China tiene 53 zonas de alta tecnología. El Silicon Valley chino, Zhonjguacun, en Pekín, tiene más de medio millón de investigadores. Una cifra similar emplean las cerca de un millar de empresas extranjeras que tienen centros de I+ D en el país. Entre ellas se cuentan varias de las principales multinacionales, como Nokia, Siemens, Alcatel o Hewlett Packard. China ya es la fábrica del mundo y va camino de convertirse en uno de los principales polos en ciencia e ingeniería. La industria de la información pasó de significar el 3,3% del PIB de China en 1999 al 7,6% en el 2001. Las grandes inversiones internacionales en el sector, que unos años atrás iban a Taiwán, ahora van a la República Popular. La exportación china en tecnología de la información y telecomunicaciones superó la de Japón y la UE en el 2003, y la de Estados Unidos en el 2004. Aunque el 60% de la exportación está en manos de empresas extranjeras, cada vez hay más empresas y marcas chinas.

Como base de sustento de su ambición tecnológica, China dedica gran atención y muchos recursos a su sistema educativo. Al año produce 1,3 millones de graduados en ingeniería y ciencias. Cuenta con cerca de medio millón de estudiantes en el extranjero. Tiene en marcha planes para crear cien universidades equiparables a las de alto nivel de otros países, centradas en la ingeniería y la ciencia. Desde hace más de dos mil años los exámenes imperiales, que daban acceso al mandarinato, eran el instrumento básico de promoción social. En consonancia con este rasgo esencial de su cultura, los padres chinos invierten de forma prioritaria en la educación de sus hijos.

China avanza muy deprisa en la producción de bienes de valor añadido cada vez mayor. De la ropa y el calzado (cuya importación está hoy sometida a restricciones en la UE), los azulejos y materiales de la construcción, o los muebles, está pasando a motocicletas, coches (este año exporta 75.000 coches a más de cien países, y en los próximos está previsto que inicie la exportación de utilitarios a Europa y Estados Unidos, a muy bajo precio) y electrónica de consumo (televisores, vídeos, reproductores de DVD, etcétera).

La obsesión por la alta tecnología es una de las claves para entender a fondo el significado del proceso de emergencia económica de China y el impacto que tendrá en la economía y la geopolítica globales. La velocidad a la que China sea capaz de conquistar sectores de mayor valor añadido determinará el ritmo de su desarrollo económico, su penetración en los mercados mundiales y su conversión en una verdadera gran potencia. Su evolución está siendo similar a la de Japón o los cuatro tigres asiáticos, tres de los cuales (Hong Kong, Taiwán, Singapur), no se olvide, son chinos.

Hoy ya no sólo se enfrentan con la competencia china y asiática los países en vías de desarrollo, sino también, y cada vez más, los países desarrollados. Los que más sufrirán son los que están a la cola del pelotón de cabeza, los países industriales con escasa tecnología, como España. Estamos sólo al principio del fenómeno de la irrupción de China y Asia en los mercados mundiales. Pienso que no nos damos cuenta aún de la enorme dimensión del reto. El remedio es conocido. Mayor gasto en I+ D, al que España dedica hoy sólo el 1,1% del PIB (frente al 4,2% de Suecia y el 2,5% de Alemania). Mejora del sistema educativo (el informe Pisa sitúa a España en los últimos puestos de Europa). Desgraciadamente, los objetivos de la agenda de Lisboa, que preveía que Europa estuviera en la vanguardia mundial en estos campos en el 2010, están lejos de ser alcanzados. Si no espabilamos, puede llegar a convertirse en realidad la boutade atribuida al ex primer ministro chino Zhu Rongji: "China, la fábrica del mundo; Estados Unidos, la alta tecnología; Europa, museos y turistas".

Sumo mi voz, en conclusión, a la del Círculo de Economía. Es imprescindible reformar nuestros sistemas educativo y de I+ D para llevarlos a niveles de excelencia, invirtiendo los recursos que sean necesarios. España se juega mucho en el envite. De que hagamos o no nuestros deberes depende que el reto que suponen China y Asia se convierta en una oportunidad o una amenaza.


jueves, 5 de junio de 2008

DISTRIBUCION DEL INGRESO EN ARGENTINA, por Diego Rubinzal

Los indicadores más utilizados para medir el grado de equidad y/o desigualdad social son el Indice Gini y la distribución funcional del ingreso. Ese indice –creación de un estadístico italiano– calcula un coeficiente que varía entre cero y uno. El valor cero (0) representa la perfecta igualdad y el coeficiente uno (1) refleja una desigualdad extrema. Se suele hablar de situaciones de desigualdad cuando los valores oscilan entre 0,40 y 0,60. Por encima de 0,60, el índice expresa una distribución gravemente inequitativa. A mediados de los ‘80, la Argentina tenía un Gini cercano a 0,40. En el 2003, las sucesivas crisis económicas elevaron el indicador hasta 0,537. Actualmente, las últimas mediciones oficiales lo ubican en 0,49.

Página/12

En cambio, la distribución funcional del ingreso representa la participación de la masa salarial en el PIB. En 2002, de acuerdo a datos oficiales, los trabajadores se apropiaban el 34,6 por ciento de la torta. En la actualidad, los registros señalan que el porcentaje subió al 41,3.

Tanto el Indice Gini como la distribución funcional del ingreso son datos relevantes para evaluar el grado de cohesión social. Algunas veces, los dirigentes políticos utilizan indistintamente uno u otro indicador para aludir a los resultados distributivos del crecimiento económico. La realidad es que no sólo miden cosas distintas, sino que además pueden no ir de la mano. Es decir, la mejora de uno no necesariamente se refleja en la evolución del otro.

En el blog de economía “Datos Duros”, el blogger se pregunta sobre la relación existente entre ambos indicadores. En ese sentido realiza un interesante repaso de cómo fueron evolucionando las cifras en los últimos 13 años. Por ejemplo, se puntualiza que entre 1994 y 1996 disminuye sustancialmente la participación de los trabajadores en la apropiación de la renta y, simultáneamente, la desigualdad desciende levemente. En cambio, el período 1996-2001 se caracteriza por el aumento de la participación de los trabajadores y un fuerte aumento de la desigualdad. Entre 2001 y 2002, la porción de la torta se achica violentamente y la desigualdad se profundiza. Es decir, la idea de que una mayor participación de los asalariados en el PBI se traduce necesariamente en una menor desigualdad de ingresos no se corresponde con la realidad. Como se señala en el trabajo: “Podemos tener una alta participación de la masa salarial en el PBI, pero muy desigualmente repartida al interior de los trabajadores”.

En ese interesante blog se sostiene que “el ciclo económico que se inicia luego de la devaluación, y a partir de la gestión Kirchner, evidencia una fuerte asociación que registra la disminución de la desigualdad junto al aumento del peso en el PBI de la remuneración al trabajo asalariado, revelando un impacto en el mercado de trabajo y en la dinámica de los ingresos que se diferencia notoriamente de ciclos anteriores”. No todos coinciden con esta mirada. En lo que respecta a la evolución de la distribución funcional del ingreso, el diputado Claudio Lozano relativiza los números oficiales.

En un reciente trabajo, preparado en ocasión del encuentro entre la CTA y la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, Lozano sostiene que “los datos del Indec sobre distribución funcional del ingreso no son comparables con las series históricas. Cualquier intento de decir que la participación del 41 por ciento es comparable con la vigente en el primer peronismo (50 por ciento) falta a la verdad. Una de las claves de las diferencias es el modo en que se mide el PBI. Si se lo presenta a precios corrientes, la participación de los asalariados es del 23 por ciento para el año 2007. Año en el que, al igual que con la pobreza, el empleo y los salarios, se observa una tendencia a la ‘esterilización’ de los efectos positivos que el crecimiento podría tener sobre los ingresos. Por ende, la participación en los ingresos que venía subiendo desde el 2004, desciende respecto al 2006”.

En síntesis, más allá de las diferentes miradas sobre las tendencias redistributivas del modelo actual, la dirigencia oficialista y opositora coincide en el diagnóstico: la necesidad de seguir avanzando para construir una sociedad más equitativa. Los acuerdos se diluyen cuando se discute cuáles deberían ser las estrategias para cambiar esa realidad.

miércoles, 4 de junio de 2008

"CRISIS PARA RATO", ADVIERTE LA OCDE

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) advirtió que la desaceleración económica global podría ser más prolongada de lo esperado.

En su informe semestral sobre perspectivas económicas, el "club" de las 30 economías más desarrollades del mundo señaló que la situación empeoró debido al debilitamiento del mercado inmobiliario, la crisis crediticia global y los altos precios de las materias primas. "Nuestro pronóstico es más negativo que hace seis meses", indicó el economista jefe de la OCDE, Jorgen Elmeskov durante un encuentro del organismo.

Redacción BBC Mundo

Agregó que los elevados costos de los alimentos y el combustible representan una dilema para los bancos centrales del mundo, ya que dificultan la toma de medidas adecuadas para lidiar con el problema.

Poco crecimiento


Según las estimaciones de la OCDE, la economía estadounidense prácticamente se estancará y sólo crecerá un 0,3% en el primer trimestre del año. Por otra parte, señaló que la caída del dólar estadounidense llevará a un mayor crecimiento en 2009. Sin embargo, la OCDE espera que la situación en la zona del euro empeore por las repercusiones de la crisis crediticia. En ese sentido espera que la zona euro crezca 1,7% en 2008 y 1,4% en 2009.

El enviado de la BBC al encuentro de la OCDE en su sede de París, Steve Schifferes, señala que a pesar de sus negativos pronósticos la organización considera que lo peor de la crisis crediticia global ya habría pasado. En ese contexto destacó la intervención de los bancos centrales para rescatar a las entidades Bear Stearns en EE.UU. y Northern Rock en el Reino Unido. Nuestro corresponsal apunta, sin embargo, que la OCDE también resaltó que en esos países la falta de disciplina fiscal acorta el espacio para aumentar el gasto público con el fin de contener la desaceleración.

Más pesimista

En sus pronósticos, la OCDE sugiere que países de los principales mercados emergentes, como Brasil, India y China, serán los motores más importantes de la economía mundial en los próximos dos años. Según la organización, esas economías sólo experimentarán una modesta desaceleración, a pesar de la caída en la demanda en sus principales mercados de Occidente.

El director del centro Kiel para la Economía Mundial, Denis Snower, pinta un cuadro más pesimista. "Creo que la economía mundial se desacelerará más rápido de lo que pronostica la OCDE", señaló. "Puede que ya hayamos visto pasar lo peor de la crisis financiera, pero es probable que sus efectos sobre la economía mundial sean severos".

UNA RECESION DE INCIERTA SALIDA EN USA. Entrevista a J. Stiglitz

La periodista Filipina Carmela Cruz entrevistó al Premio Nóbel de Economía Joseph Stglitz para la revista norteamericana de izquierda Foreogn Policy Focus. Stiglitz contribuyó a crear una nueva rama de la economía: “la economía de la información”, destinada a analizar las consecuencias de las asimetrías informativas. En el año 2001 recibió el Premio Nóbel de economía por sus trabajos sobre mercados con información asimétrica.

Sus libros Globalization and Its Discontents y Making Globalization Work tuvieron una amplia recepción. Su ultimo libro, The Three Trillion Dollar War (La Guerra de los tres billones de dólares), publicado en marzo de 2008, analiza los costos de la Guerra de los EEUU en Irak, pero no sólo para los EEUU sino para el mundo entero, y propone una estrategia para la retirada de las tropas norteamericanas.

En una entrevista con Carmela Cruz, Stiglitz compartió sus ideas sobre la recesión en los EEUU y sus consecuencias globales, los ciclos económicos burbuja/estallido de las últimas tres décadas, las “limitaciones de los mecanismos de mercado”, la necesidad de encontrar formas de medir la calidad de vida de las personas distintas –y mejores— que la métrica del PIB y algunos temas de su último libro.

Carmela Cruz: ¿Los EEUU están actualmente en recesión? ¿Esa recesión podría arrastrar al resto del mundo, o algunos países se salvarían y, posiblemente, se produciría una reestructuración del orden económico global?

Joseph Stiglitz: Todo contado, los EEUU están pasando por una gran ralentización, muy probablemente una recesión. Es factible que se trate del peor bajón del último cuarto de siglo, mucho más serio que unas simples medidas correctivas. La crisis afecta al sistema financiero, que es el corazón de la economía.

Si bien el crecimiento de China e India significa que el mundo podría no ser tan dependiente del crecimiento de los EEUU, Norteamérica es todavía la economía más grande del mundo. Una caída de EEUU afectará a todos los países y, por supuesto, a algunos más que a otros. Los países que, como México, son muy dependientes de EEUU para sus exportaciones serán los más afectados.

La caída será otra de las señales del cambio del orden económico global. El mundo ya se está desplazando desde la dependencia del dólar como moneda de reserva, especialmente desde que el dólar ha revelado ser una forma muy pobre de preservar el valor. Que los íconos de EEUU Merril Lynch y Citibank tengan que acudir a fondos soberanos estatales extranjeros para su rescate es mucho más que un mero símbolo.

Cruz: El Congreso de los EEUU aprobó un paquete de estímulo económico de $152 miles de millones para mitigar el impacto de la recesión. ¿Funcionará? ¿con qué costos? ¿cuánto más podrá la Reserva Federal cortar los tipos de interés?

Stiglitz: El paquete de estímulos fue muy exiguo, llegó tarde y estaba mal diseñado. Sí, estimulará la economía, pero no lo suficiente para impedir una gran ralentización. No se diseñó para maximizar el efecto de la intervención pública, el estímulo por dólar del gasto de déficit. Por ejemplo, hubiera sido mucho mejor aumentar el seguro de desempleo. Tampoco estuvo diseñado para enfrentar los problemas a largo plazo de Norteamérica. Después de todo, el bajo consumo familiar no es un gran problema en los EEUU. Y muchos hogares fuertemente endeudados usarán el dinero para cancelar sus pesadas deudas.

Uno de los problemas es que los excesos de deuda y de déficit dificultan el diseño de un paquete de estímulos adecuado.

Cruz: En los últimos treinta años, al menos 100 crisis financieras han hecho estragos en el mundo, todas ellas precedidas de un ciclo de boom y estallido de burbuja. ¿Tan ineptos han sido los bancos privados, los bancos centrales y las instituciones financieras como para no haber podido evitar unos desastres que habrían podido predecir, en algunos casos, años antes de que ocurrieran? ¿Es posible poner fin a este ciclo sin desafiar seriamente los límites impuestos por el capitalismo?

Stiglitz: Durante años los expertos predijeron este bajón. Todavía hoy, los sistemas de gestión del riesgo que emplean los bancos y las agencias de crédito no alcanzan a reconocer los problemas profundos y esenciales. Esto sugiere que, a pesar de todos los avances en las técnicas de gestión del riesgo, el mecanismo del mercado ciertamente tiene limitaciones que producen booms y estallidos de burbuja a lo largo de la historia del capitalismo

Cruz: En su libro, Making Globalization Work, las soluciones preferidas para problemas como cambio climático, la pobreza, los desequilibrios comerciales y la inestabilidad financiera pasan por un esfuerzo de concertación valiente entre las naciones. Esto incluye un impuesto uniforme para las emisiones de gases tóxicos, y un mayor control de las actuales instituciones internacionales, como el FMI, o la creación de nuevas instituciones, como un Sistema de Reserva Mundial. Sus críticos señalan que esto es utópico e inalcanzable, dadas las actuales asimetrías e injusticias. Ciertamente, para que los gobiernos nacionales y las instituciones internacionales estén preparados para un mundo globalizado más equitativo, es necesario que estén ancladas en una simetría estable entre la libertad individual y la responsabilidad. ¿No entrañaría esto revertir la globalización, más que rediseñarla, que es lo que usted. ha propuesto?

Stiglitz: En mi libro Making Globalization Work, presenté una agenda amplia y no simplemente una idea sobre la orientación que teníamos que tomar; pasos concretos a dar en lo inmediato, que al menos harían que la globalización funcionara mejor. Cuando diseñaba esta agenda programática, yo era perfectamente consciente de las distintas fuerzas que han inhibido el cambio –incluidos quienes se han beneficiado del sistema actual—, y fui particularmente cuidadoso a la hora de identificar aquellas reformas mediante las cuales todos los individuos, o al menos, la gran mayoría, resultarían ganadores.

Cruz: ¿Cómo afectaría un proteccionismo mayor de los EEUU - resultante de los problemas económicos actuales— a la promoción de la globalización?

Stiglitz: Siempre hubo un ingrediente de hipocresía en la política comercial norteamericana y en su retórica. Los acuerdos de libre comercio deberían llamarse con mayor exactitud acuerdos dirigidos de comercio. Los representantes del comercio norteamericano con frecuencia han ignorado los efectos adversos de los acuerdos comerciales en muchos de los países en desarrollo. Hoy se ha comenzado a hablar del descenso del nivel de vida, y no solo de quienes están más abajo sino también en el medio, personas cuyos intereses han sido virtualmente ignorados por la administración Bush. Y esto hace que las reformas en la globalización del comercio del tipo de las que hablo en mi libro resulten imperativas.

Cruz: Usted. ha elogiado el éxito económico del Este Asiático, a pesar de los bajos niveles de reconocimiento de derechos humanos en algunos países. Pero, como economista del Banco Mundial, hablaba de que la lucha contra la corrupción era un ingrediente fundamental para el desarrollo, y en su disertación en la entrega del Premio Novel citó las ideas de John Maynard Keynes sobre las decisivas influencias de la economía y la filosofía política en la estructuración del mundo. ¿Estaba Ud. preparado para reconocer el imperativo moral de no solamente elevar la economía, sino también la vida de las personas?

Stiglitz: Siempre he dicho que el éxito es algo más que el aumento del PIB, y que perseguir de manera implacable el aumento del PIB, de hecho, puede llevar a largo plazo a bajar el nivel de vida. En este momento soy el encargado de la Comisión de Medición del Rendimiento Económico y el Progreso Social que creó el Presidente de Francia con miembros de todo el mundo. Lo que medimos afecta aquello que hacemos. No sólo existe el imperativo moral de aumentar el PIB, sino también de elevar el nivel de vida, y necesitamos mejores métodos para medir nuestro éxito en alcanzar esos objetivos.

Cruz: ¿De qué trata su ultimo libro?

Stiglitz: Mi ultimo libro, The Three Trillion Dollar War: The True Costs of the Iraq Conflict, escrito en colaboración con Linda Bilmes de la Kennedy School, Universidad de Harvard, muestra justamente lo costosa que ha sido esta Guerra equivocada. Ahora mismo es la segunda guerra en cuanto a su duración, y la segunda más costosa en la historia de los EEUU. ¡Más costosa incluso que la Primera Guerra mundial, luego de ajustar los costos de acuerdo a la inflación! Hemos calculado los costos para el Presupuesto y para la economía Norteamericana. Pero los costos, tal como los hemos evaluado, van mucho más allá. Hay costos para la economía global, y están los perjuicios generados en Irak. También costos en la seguridad norteamericana. Mientras nos ocupábamos de las armas de destrucción masiva inexistentes en Irak, se sumó otro país al Club nuclear; mientras nos ocupábamos de un país que no tuvo conexión con el 11/9, las cosas empeoraban en Afganistán, un país que sí la tuvo. Norteamérica es hoy menos segura, y nuestras fuerzas armadas –agotadas, luego de cinco años de combate— están en peor situación para enfrentarse a las amenazas que podamos sufrir en un futuro.

El libro concluye con una serie de recomendaciones políticas: cómo prevenir, o al menos hacer menos probables, los problemas que hemos detectado. Por ejemplo, ninguna nación debería depender de apropiaciones de emergencia durante cinco años de guerra. Norteamérica ha engañado a sus tropas y a los veteranos que han retornado: una política miope que no sólo es inmoral, sino que es también costosa. En el libro presentamos reformas concretas para terminar con esos abusos. Y lo que es más importante, hemos diseñado un marco para pensar una estrategia exitosa. La administración Bush reflexionómuy poco antes de embarcarse en esta aventura mal concebida.

CONTRA EL FATALISMO ECONOMICO, por P. Bourdieu

Mis más cálidos agradecimientos para la ciudad de Ludwigshafen, su alcalde el Señor Wolfgang Schulte y al Instituto Ernst Bloch, por el honor que se me ha concedido y asocia mi nombre con el de uno de los filósofos a quien más admiro. Mis agradecimientos también para el señor Ulrich Beck por el generoso discurso que acaba de pronunciar. Me hace pensar en que en el futuro próximo podremos asistir al nacimiento de la utopía de un colectivo intelectual europeo, cosa que he apoyado durante mucho tiempo. Mi única crítica a esta eulogia es su excesiva generosidad, especialmente por la forma en que atribuyó a mi persona una cantidad de propiedades y cualidades que sólo son producto de condiciones sociales. No puedo dejar de pensar, cuando se me honra de semejante manera y se me eleva al nivel de gran defensor de la idea utópica -en estos días tan desacreditada, desechada y ridiculizada, en nombre del realismo económico-, que estoy siendo autorizado o más precisamente urgido a intentar definir cual tiene que ser y debe ser el papel del intelectual, en relación a la utopía en general y la utopía europea en particular.

Revolución conservadora

Debemos reconocer que estamos actualmente en un período de restauración neo-conservadora. Pero esta revolución conservadora asume una forma sin precedentes: no hay, como en tiempos anteriores, ningún intento de invocar un pasado idealizado mediante la exaltación de la tierra, la sangre, y los temas de las antiguas mitologías rurales. Es un nuevo tipo de revolución conservadora que, para justificar su restauración reclama una relación con el progreso, la razón y la ciencia -la economía, en verdad-, y a partir de esto intenta relegar el pensamiento y la acción progresiva a un estatus arcaico. Se erige como patrón de normas para todas las prácticas, y por tanto como norma ideal, el orden del mundo económico librado a su propia lógica: la ley del mercado, la ley del más fuerte. Ratifica y jerarquiza la norma de los llamados mercados financieros, el retorno a un tipo de capitalismo radical que no responde a ninguna ley más que a la máxima ganancia; un capitalismo sin tapujos, desenfrenado, que ha sido llevado hasta el límite de su eficiencia económica por medio de las formas modernas de conducción Management y las técnicas manipuladoras como la investigación de mercado y las propagandas de venta y comercialización.

El aspecto engañoso de esta revolución conservadora es que, atrapada por todos los signos de la modernidad, aparentemente no conserva nada de la oscura pastoral de la Selva Negra, tan amada por los revolucionarios de los años 30... Después de todo, viene de Chicago ¿no es así?... Galileo dijo que el mundo natural está escrito en lenguaje matemático. Actualmente, tratan de inventar que el mundo social está escrito en lenguaje económico. Mediante el arma de las matemáticas -y también del poder de los medios- el neoliberalismo se ha transformado en la forma suprema de contraataque conservador, apareciendo durante los últimos treinta años bajo la denominación de "el fin de la ideología" o, mas recientemente, "el fin de la historia".

Fatalismo economicista
Lo que se nos presenta como un horizonte imposible de superar por el pensamiento -el fin de las utopías criticas- no es nada más que un fatalismo economicista, que puede criticarse en los términos empleados por Ernst Bloch en El espíritu de la utopía (1) dirigiéndose al economicismo y fatalismo que pueden encontrarse en el marxismo.

La fechitización de las fuerzas productivas y el fatalismo resultante, se encuentra hoy paradójicamente en los profetas del neoliberalismo y en los sacerdotes del Deutschmark y la estabilidad monetaria. El neoliberalismo es una poderosa teoría económica cuya estricta fuerza simbólica, combinada con el efecto de la teoría, redobla la fuerza de las realidades económicas que supuestamente expresa. Sostiene la filosofía espontanea de los administradores de las grandes multinacionales y de los agentes de la gran finanza, en especial los agentes de Fondos de pensión. Seguida en todo el mundo por políticos nacionales e internacionales, funcionarios oficiales y especialmente por el mundillo de los periodistas tradicionales -todos más o menos igualmente ignorantes de la teología matemática subyacente- se está transformando en una creencia universal, en un nuevo evangelio ecuménico.

Este evangelio, o más bien la vulgarización gradual que se ha hecho a nombre del liberalismo en todos los lugares, está confeccionada con una colección de palabras mal definidas -"globalización", "flexibilidad", "desrregulación" y otras- que, a través de sus connotaciones liberales e incluso libertarias pueden ayudar a dar la apariencia de un mensaje de libertad y liberación a una ideología que se piensa a si misma como opuesta a toda ideología.

De hecho, esta filosofía tiene y reconoce como su único objetivo la permanente creación de riqueza y, más secretamente, su concentración en manos de una minoría privilegiada, y por lo tanto conduce un combate por cualquier medio, incluso la destrucción del medio ambiente y el sacrificio humano, contra cualquier obstáculo a la maximización de las ganancias. Seguidores del laisser-faire, como Thatcher, Reagan y sus sucesores ponen cuidado en la práctica no del laisser-faire sino, al contrario, en dar mano libre a la lógica de los mercados financieros para llevar adelante una guerra total contra los sindicatos, contra las adquisiciones sociales de los últimos siglos, en una palabra, contra todas las formas de civilización asociadas con el estado social.

Juzgar por los resultados
La política neoliberal puede ser ahora juzgada por sus resultados, que son claros para todos, a pesar de los esfuerzos para probar por medio de trucos estadísticos y trampas groseras que Estados Unidos y Gran Bretaña han alcanzado el pleno empleo. Hay desempleo masivo. Los trabajos que hay son precarios, la permanente inseguridad resultante afecta una creciente proporción de la población, aun en las clases medias. Hay una profunda desmoralización ligada al colapso de la solidaridad elemental, especialmente en la familia y todas las consecuencias de este estado de anomia: delincuencia juvenil, crimen, drogas, alcoholismo, la reaparición en Francia y en otros lugares de movimientos políticos de corte fascista. Y hay una destrucción gradual de las adquisiciones sociales y cualquier defensa de estas es denunciada como conservadurismo pasado de moda.

A esto podemos sumar ahora la destrucción de las bases económicas y sociales de las más notables conquistas culturales de la humanidad. La autonomía de la cual gozaban los universos de la producción cultural en relación al mercado, que había crecido continuamente por medio de las luchas de los escritores, artistas y científicos, está cada vez más amenazada. La dominación del "comercio" y de "lo comercial" sobre la literatura aumenta día a día, especialmente por medio de la concentración de la industria de publicidad que está cada vez más sujeta a las restricciones de la ganancia inmediata. Acerca del cine, podemos preguntarnos qué quedará del cine artístico experimental europeo en diez años, a no ser que se haga todo lo posible para proporcionar a los productores de vanguardia los medios de producción y más importante aún, de distribución.

Todo esto, sin mencionar los servicios sociales, condenados o a las órdenes directamente interesadas de las burocracias estatales o empresariales o a ser estrangulados económicamente. Se me preguntará ¿cual fue el papel de los intelectuales en todo esto ? No intentaré hacer un listado -sería muy largo y muy cruel- de todas las formas omisión o, peor aun, de colaboración. No necesito mencionar los argumentos de los así llamados filósofos modernistas y posmodernistas que, no satisfechos con enterrarse a sí mismos en juegos escolásticos, se reducen a la defensa verbal de la razón y el diálogo racional, o peor aun, sugieren una versión supuestamente posmoderna pero realmente radical-chic de la ideología del fin de las ideologías, con toda su condena de las grandes narrativas y una denuncia nihilista de la ciencia.

Utopismo razonado
¿Cómo podremos evitar desmoralizarnos en este entorno más o menos desalentador? ¿Cómo devolveremos la vida y la fortaleza social al "utopismo razonado" del que habla Ernst Bloch refiriéndose a Francis Bacon? (2). Para empezar ¿cómo debemos entender el significado de esta frase? Otorgándole un riguroso significado a la oposición descrita por Marx entre "sociologismo" (la pura y simple sumisión a las leyes sociales) y "utopismo" ( el desafío audaz de estas leyes), Ernst Bloch describe al "utópico razonable" como quien actúa en virtud de "el pleno conocimiento conciente del curso objetivo", la posibilidad objetiva y real de su "época"; a quien, en otras palabras, "anticipa psicológicamente una posible realidad". El utopismo racional se define como opuesto tanto al "pensamiento ilusorio que siempre ha traído descrédito a la utopía" como a "las trivialidades filisteas preocupadas esencialmente por los hechos". Se opone al "derrotismo ultimatista" "la herejía de un automatismo objetivista, según el que las contradicciones objetivas del mundo serían suficientes en sí mismas para revolucionar el mundo en el cual se dan" y, al mismo tiempo, al "activismo por sí mismo" , puro voluntarismo basado en un exceso de optimismo.(3)

Así que contra este "fatalismo de banquero" que pretende hacernos creer que el mundo no puede ser diferente a lo que es -en otras palabras, totalmente sometido a los intereses y deseos de ellos-, los intelectuales y todos aquellos preocupados por el bienestar de la humanidad tendrán que restablecer un pensamiento utópico con respaldo científico, tanto en sus metas, que deben ser compatibles con las tendencias objetivas, como en sus medios, que también deben ser científicamente examinados. Necesitan trabajar colectivamente en estudios que puedan impulsar proyectos y acciones adecuados a los procesos objetivos que se intenta transformar.

El utopismo razonado, como lo he definido, es indiscutiblemente lo más ausente en la Europa actual. La forma de resistir a esta Europa -la que el pensamiento de los banqueros intenta hacernos aceptar a toda costa- no es el rechazo a Europa en sí misma desde una posición nacionalista, como lo hacen algunos, sino levantar un rechazo progresivo a la Europa neoliberal definida por bancos y banqueros. Sirve a sus intereses suponer que cualquier rechazo a la Europa que quieren equivale a un rechazo a cualquier Europa. Pero rechazando a una Europa definida y dominada por los bancos, rechazamos el pensamiento de los banqueros y el proceso que -bajo la cobertura neoliberal- termina haciendo del dinero la medida de todas las cosas, incluido el valor de los hombres y mujeres en el mercado laboral y así en todos los terrenos, en todas las dimensiones de la existencia; un proceso que al establecer la ganancia como criterio único para evaluar la educación, la cultura, el arte, la literatura, nos condena a una prosaica civilización desabrida de "fast food", novelas de aeropuertos y guisos televisivos.

Resistencia europea
La resistencia a la Europa de los banqueros y la previsible restauración conservadora, sólo puede ser europea. Y solamente puede ser europea en el sentido de liberarse de intereses, presunciones, prejuicios y hábitos de pensamiento que son nacionales y aun vagamente nacionalistas, siendo realmente una acción de todos los europeos, en otras palabras, una combinación concertada de intelectuales de todos los países europeos, sindicatos de todos los países europeos, de las más diversas asociaciones de todos los países europeos. Es por esto que la tarea más urgente del momento no es elaborar programas europeos comunes, sino la creación de instituciones -parlamentos, federaciones internacionales, asociaciones europeas de esto y aquello: camioneros, editores, maestros y demás, pero también defensores de árboles, peces, hongos, aire puro, niños y todo lo demás- en el seno de los cuales pueden ser discutidos y elaborados determinados programas europeos.

La gente podrá decir que todo esto ya existe, pero yo estoy plenamente seguro de lo contrario, no es preciso más que mirar la actual situación de la federación europea de sindicatos; la única corporación internacional europea que se está construyendo y que posee cierto nivel de efectividad es la de los tecnócratas, contra la cual no tengo nada que decir, en verdad sería el primero en defenderla contra las dudas generalmente estúpidas, nacionalistas o -peor aún- populistas que se ciernen sobre ella. Finalmente, para no dar una respuesta general y abstracta a la pregunta por la cual comencé -sobre el papel de los intelectuales en la construcción de la utopía europea- quisiera decir que contribución espero hacer personalmente a esta inmensa y urgente tarea.

Convencido como estoy de que los mayores vacíos de la construcción europea pueden ubicarse en cuatro áreas principales -el estado social y sus funciones; la unificación de los sindicatos; la armonía y modernización de el sistema educativo; y la articulación entre la política económica y la política social- estoy trabajando actualmente, en colaboración con investigadores de diversos países europeos, sobre la concepción y construcción de las estructuras organizativas esenciales para llevar a cabo la investigación comparativa y complementaria necesaria para aportar al utopismo en estas cuestiones su carácter razonado, especialmente, por ejemplo, esclareciendo los obstáculos sociales hacia una europeización real de instituciones tales como estado, sistema educativo y sindicatos.

Un proyecto especialmente querido por mí, se refiere a la articulación entre la política económica y lo que llamamos política social, más precisamente, los efectos sociales y los costos de la política económica. Incluye el intento de encontrar las causas primarias de las diversas formas de la miseria social que aflige a hombres y mujeres de las sociedades europeas, lo que casi siempre nos remite a decisiones económicas. Es una oportunidad para que el sociólogo, a quien corrientemente no se consulta excepto para remendar la vajilla que rompen los economistas, aproveche para recordarnos que la sociología puede y debe jugar un papel inicial en las decisiones políticas que son dejadas cada vez más en manos de los economistas o dictadas de acuerdo a consideraciones económicas muy limitadas.

A través de una descripción detallada del sufrimiento causado por las políticas neoliberales -en el mismo sentido que en La Misere du monde (4)- y por medio de sistemáticas referencias cruzadas entre, por un lado, los índices económicos concernientes a la política social de las empresas (ajustes, métodos administrativos, salarios y demás) y, por otro lado, los índices de tipo más evidentemente social (accidentes industriales, enfermedades ocupacionales, alcoholismo, utilización de drogas, suicidio, delincuencia, crimen, violaciones, y demás). Me gustaría plantear la pregunta acerca de los costos sociales de la violencia económica y por lo tanto intentar diseñar las bases para una economía del bienestar que tenga en cuenta todas las cosas que, la gente que dirige la economía y los economistas, excluyen de los cálculos más o menos imaginarios en cuyo nombre pretenden gobernarnos.

Por lo tanto, para concluir, sólo quiero formular la pregunta que debe estar en el centro de cualquier utopía razonada concerniente a Europa: cómo creamos una Europa realmente europea, una que esté libre de toda dependencia de cualquiera de los imperialismos -comenzando por el imperialismo que afecta la producción y la distribución cultural en particular, vía las restricciones comerciales. Liberada también de todos los residuos nacionales y nacionalistas que aun impiden que Europa acumule, aumente y distribuya todo lo que es más universal en la tradición de todas naciones que la componen.

Para terminar con un lugar totalmente concreto del "utopismo" razonado, permítaseme sugerir que esta cuestión, para mí crucial, sea incluida en el programa del Centro Ernst Bloch y el de la organización internacional de "utópicos reflexivos" que en él podría constituirse.

* Texto del discurso pronunciado por Pierre Bourdieu el 22 de noviembre de 1997, en el acto de recepción del Premio Ernst Bloch, concedido por el Instituto Ernst Bloch, en la ciudad alemana de Ludwigshafen. Publicado en New Left Review Nº 227, enero-febrero 1998, Londres. Traducido del inglés por Clara Inés Restrepo.

martes, 3 de junio de 2008

LA GUERRA DE LOS 3 BILLONES DE DOLARES, J. Stiglitz

LA ECONOMIA DE EE.UU. DESGARRADA POR LA GUERRA, según J. Stiglitz

Algunos dicen que las próximas elecciones estadounidenses se centrarán en dos temas: la guerra de Irak y la economía. En los momentos en los que la guerra parece ir mejor de lo que se esperaba y la economía peor, la segunda eclipsa a la primera. Pero ninguna de las dos cosas va bien. En cierto sentido, no hay más que un solo tema, la guerra, que ha exacerbado los problemas económicos de Estados Unidos. Y, cuando la mayor economía del mundo está enferma -y está muy enferma-, todo el mundo sufre.

Antiguamente, se pensaba que las guerras eran buenas para la economía. Al fin y al cabo, es opinión general que la Segunda Guerra Mundial ayudó a levantar la economía mundial tras la Gran Depresión. Sin embargo, al menos desde Keynes, sabemos cómo estimular la economía por métodos más eficaces y capaces tanto de aumentar la productividad a largo plazo como de mejorar los niveles de vida.

Pero esta guerra, en concreto, no ha sido buena para la economía por tres motivos. En primer lugar, ha contribuido a subir los precios del petróleo. Cuando Estados Unidos emprendió la guerra de Irak, el crudo costaba menos de 25 dólares (16 euros actuales) el barril, y los mercados de futuros esperaban que se mantuviera en ese nivel durante diez años. Los expertos en futuros eran conscientes del crecimiento de China y otros mercados emergentes, pero confiaban en que el suministro -sobre todo, de los proveedores de bajo coste de Oriente Próximo- aumentara de manera paralela a la demanda.

La guerra alteró la ecuación. La subida de los precios del petróleo significa que los estadounidenses (y los europeos, y los japoneses) están pagando cientos de millones de dólares a los dictadores de Oriente Próximo y a los exportadores de crudo en otros países, en vez de gastar ese dinero en casa.

Además, el dinero de Estados Unidos dedicado a la guerra de Irak no estimula la economía de este país tanto como el que podría invertirse en carreteras, hospitales y escuelas, y tampoco contribuye de la misma forma al crecimiento a largo plazo. Los economistas utilizan la expresión "éxito por dólar", es decir, cuánto estímulo económico proporciona cada dólar que se gasta. Y es difícil imaginar menos "éxito por dólar" que el del dinero que se paga a un contratista nepalés que trabaja en Irak.

Con la salida de tantos dólares al extranjero, la economía estadounidense debería haber evidenciado desde hace tiempo una situación mucho más débil de lo que parecía. Sin embargo, al mismo tiempo que el Gobierno de Bush intentaba ocultar los verdaderos costes de la guerra mediante una contabilidad incompleta y confusa, los fallos de la economía permanecieron ocultos gracias a una inyección de liquidez de la Reserva Federaly una normativa fiscal poco estricta.

Se inyectó tanto dinero en la economía y los reguladores fueron tan poco rigurosos que uno de los principales bancos de Estados Unidos hizo publicidad de sus préstamos con el lema "Cualificado desde que nace"; es decir, en la práctica, no había que cumplir ningún requisito para obtener un crédito. En cierto sentido, la estrategia funcionó: la burbuja inmobiliaria alimentó el auge del consumo mientras la tasa de ahorro se desplomaba a cero. Las debilidades económicas quedaron pospuestas hasta fecha posterior; el Gobierno de Bush confiaba en que no habría que rendir cuentas hasta después de noviembre de 2008. Pero la situación empezó a empeorar en agosto de 2007.

El Gobierno de Bush ha reaccionado ahora con un paquete de estímulos que es demasiado escaso, llega demasiado tarde y está mal diseñado. Para ver lo insuficiente que es, no hay más que compararlo con los más de 1.500 billones de dólares que constituyeron los préstamos con garantía hipotecaria en los últimos años, gastados, en su mayor parte, en consumo. Esa apuesta -basada en la convicción de que los precios de la vivienda iban a seguir subiendo sin cesar- ya no puede sostenerse.

Con la caída de los precios de la vivienda (que va a continuar) y con los bancos inseguros sobre su situación financiera, las instituciones de préstamo no prestarán y las familias no pedirán prestado. Por tanto, aunque es posible que la liquidez inyectada en el sistema financiero por la FED haya impedido el desastre, no va a estimular demasiado el consumo ni la inversión. Por el contrario, irá a parar en gran parte al extranjero. En China, por ejemplo, están preocupados por la posibilidad de que el estímulo de la FED contribuya a aumentar su inflación nacional.

Existe un tercer motivo por el que la guerra de Irak es también negativa desde el punto de vista económico para Estados Unidos. No sólo este país se ha gastado ya mucho dinero en ella -12.000 millones de dólares mensuales, y suma y sigue-, sino que queda aún mucho por pagar, como los gastos de compensación y asistencia sanitaria al 40% de veteranos que vuelve con algún tipo de discapacidad, en numerosos casos muy grave.

Además, esta guerra se ha financiado de manera distinta a cualquier otra guerra de la historia de Estados Unidos y, tal vez, de la historia reciente de cualquier país. Lo normal es que los países pidan un sacrificio común, del mismo modo que piden a sus jóvenes, hombres y mujeres, que arriesguen sus vidas. Se suben los impuestos y se produce un debate sobre qué parte de la carga hay que pasar a las generaciones futuras. Pero en esta guerra no ha habido esa discusión. Cuando Estados Unidos la inició había un déficit. Sin embargo, cosa extraordinaria, Bush pidió y obtuvo un insensato recorte fiscal para los ricos. Eso significa que cada dólar que se ha gastado en la guerra se ha pedido prestado.

Por primera vez desde la Guerra de Independencia de Estados Unidos, hace dos siglos, el país ha tenido que recurrir a acreedores extranjeros, porque las familias estadounidenses no han ahorrado nada. Las cifras son difíciles de creer. La deuda nacional ha aumentado un 50% en ocho años, y casi un billón de dólares de ese aumento es debido a la aventura bélica iraquí; una cantidad que seguramente se incrementará a más del doble en los próximos 10 años.

¿Quién iba a pensar que una Administración podía hacer tanto daño en tan poco tiempo? Estados Unidos y el mundo seguirán pagando las consecuencias durante decenios.

Joseph E. Stiglitz es catedrático de Economía en la Universidad de Columbia y premio Nobel de Economía en 2001. Su último libro, escrito en colaboración con Linda Bilmes, es The three trillion dollar war: the true costs of the Iraq conflict. © Project Syndicate, 2008. Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.

VIAJE AL CENTRO DEL CONSUMIDOR CHILENO

Más viajero, gozador, tecnológico y motorizado. Así es el nuevo habitante promedio, según lo revela la más potente encuesta de hábitos de consumo que se hace en el país y que abarcó a más de 10.000 personas. Nos referimos al estudio que cada diez años realiza el INE para redefinir la canasta del IPC. Capital accedió al informe y lo desmenuzó con expertos, publicistas y altos ejecutivos del retail.
Por Sandra Burgos y Cristián Rivas.

No sólo de pan viven los chilenos... aunque sigamos siendo uno de los principales países consumidores de ese producto. Sí, porque estamos más sofisticados, porque hemos incorporado mayor confort a nuestras vidas e ingresado de lleno al mundo de la tecnología, donde aparatos como el iPod, los celulares y las cámaras digitales, pasan a ser elementos fundamentales no sólo para sobrevivir, sino también para llevar un buen vivir en la jungla moderna.

En diez años, nuestros ingresos promedio han subido en todos los estratos económicos, lo cual ha impulsado un cambio elocuente en el comportamiento de consumo que ha obligado a muchas empresas a reformular su aproximación a los clientes, para adaptarse a este ritmo donde, además de la mayor sofisticación de algunos segmentos, se da una incorporación al mundo del consumo de nuevos grupos, para los cuales los bienes que hace 10 años eran “suntuarios” hoy pasan a ser gastos fijos.

Estas son algunas de las conclusiones que contiene la VI Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF) que cada 10 años elabora el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y a la cual tuvo acceso Capital. Dicho estudio, el más profundo que se realiza en el país, mide con precisión quirúrgica los cambios en los hábitos de consumo de los chilenos, aportando cifras que no sólo se convierten en la base para la canasta del IPC, sino en una fuente de información valiosísima para las empresas.

Si bien su fin es estadístico, esta medición es una de las más esperadas, ya que arroja datos cruciales sobre cómo han evolucionado nuestros hábitos de consumo en una década. La última medición fue la de 1997, dando forma a la canasta del IPC que será sustituida en diciembre. La nueva encuesta ya fue aplicada y sus resultados serán procesados en los próximos meses por distintas autoridades, a fin de definir la nueva canasta de productos –y sus ponderaciones– que se usará para medir la inflación.

Si bien el estudio está aún en ejecución, el trabajo de campo está listo y sus resultados son sorprendentes. Y si no lo cree, le contamos que, por primera vez en la historia de este instrumento, la alimentación dejó de ser el ítem más importante en las pautas de consumo de los hogares, para dar paso al transporte y las comunicaciones. El abanico de productos no sólo es más heterogéneo, sino que también los bienes clásicos pierden peso relativo. Así, por ejemplo, la última medición reveló una ostensible baja de productos como el pan y la entrada en escena de servicios y bienes cada vez más masivos como Internet, el gimnasio y los reproductores de audio digital.

Más allá del comportamiento de cada producto en particular, los expertos concuerdan en que esta encuesta deja en evidencia que estamos adquiriendo por primera vez una conducta muy parecida a la de un país desarrollado, porque estamos dejando de ser conservadores y básicos en nuestros gastos; porque nos importa estar conectados con el mundo y porque nos hemos vuelto más informados y exigentes.

Cifras en mano, acudimos al Círculo de Marketing de Icare para analizarlas con Alberto Sobredo, Fernando del Solar, Abel Bouchon, Frederic Chaveyriat y Agustín Solari, quienes coincidieron en que en el mundo de las empresas ya se están percibiendo estos cambios y esbozaron las estrategias para hacerse cargo del fenómeno.

Con traje de país desarrollado

Desde 1956 el Instituto Nacional de Estadísticas viene haciendo encuestas para medir los hábitos de consumo, lapso que permite constatar que, si bien hay diferencias abismales en el tipo de bienes y servicios, muchas necesidades siguen siendo de similar naturaleza. En efecto. Si a mediados del siglo pasado las necesidades de desplazamiento se satisfacían haciendo viajes en tranvía (que en ese entonces tenía la mayor ponderación del gasto), en la última medición es el automóvil uno de los productos con mayor participación en el gasto.

Pero no hagamos el ejercicio fácil de retroceder cinco décadas para obtener datos sorprendentes. El efecto también se puede lograr mirando las tres últimas encuestas del INE (en 1987, 1997 y 2007). En ellas, por ejemplo, se ve un quiebre histórico del esquema del gasto, que lleva a esta sociedad a contar con un perfil muy similar al de un país desarrollado.

Las cifras son evidentes. El INE explica que en la década 1978-1987 el gasto en Alimentación era notoriamente el más importante en las pautas de consumo de los hogares del Gran Santiago (32,9%), llegando a representar junto a Transporte y Vivienda el 65,3% del gasto total. Los otros servicios básicos, como Salud y Educación, representaban bajas ponderaciones, situación concordante con el perfil de gasto de un país en vías de desarrollo incipiente.

La encuesta de 1996-1997 ya comenzó a mostrar una caída drástica de 6,6 puntos en la participación de la Alimentación, a lo que se sumaron bajas menores en Vivienda (-1,5) y Transporte y Comunicaciones (-1,3). También en esa medición ya se observaban aumentos en Salud (1,5), Educación (2,1), Vestuario (0,6) y Recreación (1,5). Algo concordante con que “esa fue una década de crecimiento económico acelerado, sobre el 7% anual”, según señala Jorge Carvajal, economista del INE.

Fernando del Solar

Sin embargo, los cambios radicales que permiten concluir que hemos dado un salto cualitativo se consolidaron de manera categórica con la última encuesta, 2006-2007, en que el gasto de las familias en Transporte y Comunicaciones registra el mayor crecimiento proporcional entre todos los grupos (6,6%), acercándose a las pautas de países desarrollados. De hecho, ese rubro pasa a ocupar el primer lugar del gasto, superando a Alimentos y Bebidas, que ocuparon la primera ubicación en todas las encuestas anteriores.

Pero la nueva cara del consumidor chileno no se reduce a ese cambio. También se observa un aumento relevante en Otros Bienes y Servicios (4,2%), grupo que contiene la mayor parte de los productos de última tecnología.

Como explica Fernando del Solar, presidente ejecutivo de Nestlé: “no es que en estos últimos años hayamos dejado de comer. El asunto es que nuestros ingresos han crecido, lo que nos permite consumir otro tipo de productos. Eso sí, hay que estar atentos a lo que sucederá este año, porque el alza en el precio de los alimentos podría cambiar fuertemente el nivel de consumo y elevar su ponderación respecto a la canasta”.

El director de empresas Alberto Sobredo, ex CEO de Unilever para América latina, comenta que estos cambios se explican por el acelerado incremento del gasto en las dos últimas décadas, lo cual refleja el crecimiento económico del país, el aumento en los ingresos reales, la disminución de los niveles de pobreza y la incorporación de las mujeres y los jóvenes a la fuerza aboral. “En el ‘90 la pobreza era 38,6%; en 1997 staba en el 22% y en 2006 llegó a 13,7%. Aquí se nota un incremento en los ingresos o sólo de la clase más rica, sino también segmentos como el E y el D subieron sus niveles. Aquí se palpa una aspiracionalidad de ese grupo, que se expresa en otros consumos, porque hoy el retail ha permitido que la ropa se democratice”, sostiene.

Del Solar agrega que ello demuestra que el aumento de los ingresos está más allá de la inflación. “El gran driver de desarrollo en los últimos años fue el crecimiento de los grupos D y E, que casi todos habíamos abandonado o no estaban en nuestro foco. Ahora te encuentras que esa gente es más culta de lo que crees y por lo tanto hay que trabajar con ellos, porque el aumento del consumo en el mundo hoy está dado por arriba y por abajo... Es impresionante la capacidad de negocios que se da ahí”.

Lo que era suntuario ya no lo es

Abel Bouchon

Las cifras revelan que poco a poco más chilenos están comenzando a tener comportamientos más cercanos a un país desarrollado, destinando más presupuesto a bienes que antes eran suntuarios… Eso, a todo nivel. Porque así como los segmentos altos compran vehículos de mayor lujo (el año pasado se vendieron 159 Porsche y los autos con precios superiores a $15 millones fueron el 8% de las ventas de 2007), las clases media y emergentes están accediendo en forma más fácil a modelos aspiracionales, gracias al crédito.

Abel Bouchon, gerente comercial de pasajeros de Lan, explica que la mayor incidencia del transporte en nuestro consumo se explica por tres factores. El primero es la gran variedad de autos, que genera una mayor segmentación que permite llegar a los niveles más bajos con autos más baratos. Lo segundo es el incremento vial, ya que a su juicio hoy el auto sirve para muchas cosas más, de modo que el consumidor tiene un beneficio oculto en el incremento de las carreteras e infraestructuras que es inmenso. Y en tercer lugar hay “otra cosa que hace crecer el peso de este indicador y es el aumento de los costos, incidido por el valor del combustible. El año 1997 el barril de WTI estaba a 17 dólares, el año 2007 tuvo un récord de 102 dólares y ahora llegó a los 118 dólares. Entonces, independiente de que casi todos los vehículos están siendo más eficientes desde el punto de vista del consumo, igual el cliente debe pagar un costo más alto... y eso también está incidiendo en el índice”.

Pendrive, Internet, celulares…


Son productos que hace 10 años o no existían o estaban muy vinculados a un exclusivo segmento de la sociedad. Hoy ya no es así. Los chilenos estamos gozando de los avances tecnológicos como nunca antes. Los tratados de libre comercio, la caída del dólar, los mayores ingresos y el desarrollo del retail nos llevan a poner los ojos en este tipo de productos, que se están comiendo un trozo cada día más grande de nuestra torta de ingresos.

Hoy son muchas las familias que tienen una cámara digital, que pueden acceder gracias al crédito a computadores más baratos y con más prestaciones. Esto ha generado un efecto dominó, ya que si hay computadores lo lógico es que exista más Internet y ojalá cada vez más ancho de banda, que a su vez transforman al computador en un sustituto del cine o del video club.

Esto no es menor a la luz de lo que pasa en Estados Unidos. Según cifras del mes pasado, un americano consume más horas de Internet que de televisión.

Artículo correspondiente al número 227, revista Capital (2 al 15 de mayo de 2008)

LA SOCIOECONOMIA, E. Aquevedo

¿Qué es la socioeconomía? Se trata de una nueva propuesta y corriente integradora del análisis económico vinculado orgánicamente a la sociología, en particular, pero con importantes puentes hacia la antropología, la ciencia política, la psicología y la historia. Su finalidad es analizar y comprender los hechos económicos esenciales (producción, consumo, distribución, mercado, salarios, empleo, ingresos, crecimiento, desarrollo, etc.) dentro de su contexto pluridimensional, donde las estructuras socio-políticas y culturales juegan roles decisivos.

En este sentido es un enfoque innovador además de integrador, que se sustenta en diversas corrientes de pensamiento dentro de la tradición económica heterodoxa (escuela de la regulación, institucionalismo, convencionalismo, marxismo, etc.), que hasta hace menos de dos décadas existían de modo disperso o diferenciado. Ahora, integrados en el marco de la socioeconomía, no solo cuestionan la visión neoclásica como en el pasado, sino que además buscan generar nuevos análisis y conocimientos sobre la realidad económico-social y elaborar propuestas y soluciones en este mismo ámbito.

En el año de 1989 se funda en la Universidad de Harvard la Sociedad para el Avance de la Socioeconomía, SASE (Society for the Advancement of Socioeconomics). Esta sociedad cuenta entre sus miembros de honor a economistas y sociólogos del más alto prestigio internacional como K.Boulding, A. Hirchman, J. Galbraith, A. Sen, H.Simon, P. Bourdieu, M. Douglas, N. Smelser y Robert Boyer. La sociedad cuenta como órgano de difusión del resultado de las investigación del campo con el The Journal of Socioeconomics. Los propósitos de la SASE son en síntesis los siguientes:

1.- Promover una mayor comprensión del comportamiento económico y sobre todo de los mecanismos de decisión a través de una amplia y variada selección de disciplinas académicas.

2.- Promover el estudio y la investigación de las implicaciones políticas y culturales que se derivan de un entendimiento pluricontextual (social, psicológico, histórico, filosófico y ético) del comportamiento económico dentro de comunidades.3.- Servir de espacio de intercambio de ideas y experiencias a nivel global.

La Sociedad para el Avance de la Socioeconomía (SASE) está presente en más de 30 países. La sede central de la SASE está en los Estados Unidos y en diversos países, en Europa en particular, existen ya cátedras de socioeconomía, tanto a nivel de pregrado y de postgrado. En chile, en la Universidad de Valparaíso, fue creada recientemente la primera Licenciatura en Socioeconomía.

¿Cual es entonces el campo de actividad disciplinaria y las problemáticas que aborda la Socioeconomía? Como se desprende de su desarrollo en otros países, su campo de actividad y preocupación es el conjunto de temáticas económicas clásicas, desde la producción y el consumo, hasta la formación de los salarios y la distribución del ingreso, pasando por la organización y dinámicas del mercado de trabajo, así como la problemática del crecimiento y del desarrollo, integrados y sobredeterminados por sus particulares contextos socio-políticos y culturales, como ya se dijo antes. En esta integración interdisciplinar es posible comprender de manera más real cada uno de esos fenómenos económicos clásicos, interactuando con procesos regulatorios, de convenciones socio-institucionales, o de intereses sociales y políticos subyacentes. Así cobran relevancia especial, por ejemplo, temas como el capital social y cultural en los procesos de desarrollo, las redes y vínculos sociales, así como los conflictos políticos y los intereses y pugnas de las diferentes clases sociales en la formulación e implementación de las políticas socio-económicas.

¿Cual podría ser, en fin, su orientación profesional y perspectivas laborales? De manera sintética, digamos sólo que un socioeconomista es entonces aquel profesional que, armado de una sólida formación teórica interdisciplinaria (económica y sociológica en particular), metodológica e instrumental, puede asumir roles y funciones en un mercado laboral exigente.

LA SOCIOLOGÍA, ¿ES UNA CIENCIA?, ENTREVISTA CON PIERRE BOURDIEU


Entrevista con Pierre Bordieu. La sociología. ¿es una ciencia?
La sociología es en plenitud una ciencia, pero sí una ciencia dífícil. Al contrario de las ciencias consideradas puras, ella es por excelencia la ciencia que se sospecha de no serlo. Hay para ello una buena razón: produce miedo. Porque levanta el velo de cosas ocultas, incluso reprimidas.

La Recherche: Comencemos por las cuestiones más evidentes: las ciencias sociales, y la sociología en particular, ¿son verdaderamente deudas? ¿Por qué siente Ud. la necesidad de reivindicar la cientificidad?
Pierre Bourdieu: La sociología me parece tener todas las propiedades que definen una ciencia. Pero, ¿en qué grado? La respuesta que podemos hacer varía mucho según los sociólogos. Diré solamente que hay mucha gente que se dice o se cree sociólogos y que confieso tener dificultad en reconocerles como tales (es el caso también, en grados diferentes, en todas las ciencias). En todo caso, hace mucho tiempo que la sociología salió de la prehistoria, es decir de la edad de las grandes teorías de la filosofía social con la cual los profanos a menudo la identifican. El conjunto de los sociólogos dignos de ese nombre se ajusta a un capital de logros, de conceptos, de métodos, de procedimientos de verificación. No obstante, por diversas razones sociológicas evidentes, y entre los cuales porque ella juega el rol de disciplina refugio, la sociología es una disciplina muy dispersa (en el sentido estático del término), y esto en diferentes puntos de vista. Así se explica que ella dé la apariencia de una disciplina dividida, más próxima de la filosofía que las otras ciencias. Pero el problema no reside allí: si somos de tal manera detallistas acerca de la cientificidad de la sociología es porque ella perturba.
La Recherche: Los sociólogos entonces, ¿son objeto de una sospechaparticular?
Pierre Bourdieu: La sociología tiene efectivamente el triste privilegio de encontrarse sin respiro confrontada a la cuestión de su cientificidad. Se es mil veces menos exigente con la historia o la etnología, sin hablar de la geografía, de la filología o de la arqueología. Siempre interrogado, el sociólogo se interroga e interroga siempre. Esto hace creer en un imperialismo sociológico:¿qué es esta ciencia emergente, vacilante, que se permite someter a examen a las otras ciencias? Yo pienso, por supuesto, en la sociología de la ciencia. De hecho, la sociología no hace más que plantear a las otras ciencias preguntasque se plantean a ella de manera particularmente aguda. Si la sociología es una ciencia crítica, es quizás porque ella misma se encuentra en una posición crítica. La sociología crea problemas, como se dice.
La Recherche: ¿La sociología provoca miedo?
Pierre Bourdieu: Si, porque saca el velo que existe sobre cosas escondidas y a veces reprimidas. Ella revela, por ejemplo, la correlación entre el éxito escolar, que se identifica con la inteligencia, y el origen social o, más aún, con el capital cultural heredado de la familia. Son verdades que los tecnócratas, los epistemócratas (es decir buena cantidad de aquellos que leen la sociología y de los que la financian) no quieren oír. Otro ejemplo: la sociología muestra que el mundo científico es el lugar de una competencia que está orientada por la búsqueda de beneficios específicos (premios Nóbel y otros, prioridad del hallazgo, prestigio, etc.) y conducida en nombre de intereses específicos (es decir irreductibles a los intereses económicos en su forma ordinaria y percibidos por lo mismo como "desinteresados"). Esta descripción cuestiona evidentemente una hagiografía científica en la cual participan a menudo los científicos y de la cual éstos tienen necesidad para creer lo que hacen.
La Recherche: De acuerdo: la sociología aparece a menudo como agresiva y perturbadora, Pero, ¿por qué se requiere que el discurso sociológico sea "científico"? Los periodistas también plantean preguntas molestas; ahora bien, ellos no reivindican su pertenencia a la ciencias ¿Por qué es decisivo que haya una frontera entre la sociología y un periodismo crítico?
Pierre Bourdieu: Porque hay una diferencia objetiva. No es una cuestión de vanidad. Hay sistemas coherentes de hipótesis, de conceptos, de métodos de verificación, todo cuanto se adjunta comúnmente a la idea de ciencia. Por consiguiente, ¿por qué no decir que es una ciencia si lo es realmente? Ciertamente es una cuestión muy importante: una de las maneras de zafarse de verdades molestas es decir que ellas no son científicas, lo que quiere decir que ellas son políticas, es decir suscitadas por el interés, la pasión, por lo tanto relativas y relativizables.
La Recherche: Si se plantea a la sociología la cuestión de lacientificidad, ¿no es también porque ella se ha desarrollado con cierto retraso con respecto a las otras deudas?
Pierre Bourdieu: Sin duda, pero ese retraso se debe al hecho de que la sociología es una ciencia especialmente difícil. Una de las dificultades mayores reside en el hecho de que sus objetos son espacios de lucha: cosas que se esconden, que se censuran; por las cuales se está dispuesto a morir. Es verdad también para el investigador mismo que se encuentra en juego en sus propios objetos. Y la dificultad particular que enfrenta la sociología se debe muy a menudo a que las personas tienen miedo de lo que van a encontrar. La sociología confronta sin cesar a aquél que la practica a realidades rudas, ella desencanta. Es el por qué, contrariamente a lo que a menudo se cree, afuera y adentro, ella no ofrece ninguna de las satisfacciones que la adolescencia busca frecuentemente en el compromiso político. De ese punto de vista, ella se sitúa al polo opuesto de las ciencias llamadas puras (o de las artes puras), que son sin duda por una parte, refugios en los cuales tienden a aislarse para olvidar el mundo, universos depurados de todo lo que causa problema, como la sexualidad o la política. Es el por qué los espíritus formajes o formalistas hacen en general una sociología lastimosa.
La Recherche: Ud. muestra que la sociología interviene a propósito de cuestiones socialmente importantes. Eso plantea el problema de su neutralidad, de su objetividad el sociólogo, ¿puede permanecer por encima de las pugnas, en posición de observador imparcial?
Pierre Bourdieu: La sociología tiene como particularidad tener por objeto campos de lucha: no solamente el campo de las luchas de clases sino el campo de las luchas científicas mismo. Y el sociólogo ocupa una posición en esas luchas: de partida, en tanto que detentor de un cierto capital económico y cultural, en el campo de las clases; enseguida, en tanto que investigador dotado de cierto capital específico, en el campo de la producción cultural y, más precisamente, en el sub-campo de la sociología. Esto, él debe tenerlo siempre en mente con el fin de discernir y controlar todos los efectos que su posición soca puede tener sobre su actividad científica. Es la razón por la cual la sociología de la sociología no es, para mí, una especialidad entre otras, sino una de las condiciones primeras de una sociología científica. Me parece en efecto que una de las causas principales del error en sociología reside en una relación incontrolada del objeto. Es entonces capital que el sociólogo tome conciencia de su propia posición. Las posibilidades de contribuir a producir la verdad me parecen en realidad depender de dos factores principales, que están ligados a la posición ocupada: el interés que se tiene en saber y en hacer saber la verdad (o, inversamente, a esconderla o a escondérsela) y la capacidad que se tiene de producirla. Se conoce la expresión de Bachelard: No hay ciencia sino de lo escondido. El sociólogo está mejor armado para descubrir lo escondido por el hecho de estar mejor armado científicamente, de que utiliza mejor el capital de conceptos, de métodos, de técnicas, acumulado por sus predecesores, Marx, Durkheim, Weber, y muchos otros, y que es más crítico; que la intención consciente o inconsciente que le anima es más subversiva, que tiene más interés en sacar a luz lo que está censurado, reprimido en el mundo social. Y si la sociología no avanza más rápido, como la ciencia social en general, es tal vez, en parte, porque esos dos factores tienden a variar en sentido inverso.Si el sociólogo llega a producir, aunque fuere un poco de verdad, no está bien que él tenga interés en producir esa verdad, sino porque existe interés. Lo que es exactamente lo contrario del discurso un poco tonto sobre la neutralidad. Este interés puede consistir, como en todas partes, en el deseo de ser el primero en hacer un hallazgo y de apropiarse de todos los beneficios asociados, o en la indignación moral, o en la rebelión contra ciertas formas de dominación y contra aquellos que las defienden al interior del campo científico, etc. En síntesis, no hay una Inmaculada Concepción. Y no habrían muchas verdades científicas si se debiera condenar tal o cual descubrimiento (basta con pensar en la "doble hélice") so pretexto de que las intenciones o los procedimientos no fueron muy puros.
La Recherche: Pero, en el caso de las ciencias sociales, el "interés", la "pasión", el "compromiso", ¿NO pueden conducir al enceguecimiento?
Pierre Bourdieu: En realidad, y es lo que constituye la dificultad particular de la sociología, esos "intereses", esas "pasiones", nobles o ignominiosas, no conducen a la verdad científica sino en la medida en que están acompañadas de un conocimiento científico de lo que las determina, y de los límites así impuestos al conocimiento. Por ejemplo, todos saben que el resentimiento ligado al fracaso no hace más lúcido acerca del mundo social sino encegueciendo respecto del principio mismo de esa lucidez. Pero eso no es todo. Más una ciencia es avanzada, más el capital de saberes acumulados es importante y más las estrategias de subversión, de crítica, cualesquiera sean las "motivaciones", deben, para ser eficaces, movilizar un saber importante. En física, es difícil triunfar sobre un adversario recurriendo al argumento autoridad o, como sucede todavía en sociología, denunciando el contenido político de su teoría. Las armas -de la crítica deben ser científicas para ser eficaces. En sociología, al contrario, toda proposición que contradice las ideas incorporadas está expuesta a la sospecha de una opción ideológica, de una toma de posición política. Aquélla choca con intereses sociales: los intereses de los dominantes que tienen una opción por el silencio y por el "buen sentido", los intereses de los portavoces, de los altoparlantes, que necesitan ideas simples, simplistas, consignas. Es la razón por la cual se le pide mil veces más pruebas (lo que, de hecho, está muy bien) que a los voceros del "buen sentido". Y cada descubrimiento de la ciencia desencadena un inmenso trabajo de "crítica" retrógrada que acapara todo el orden social (los créditos, los puestos, los honores, por lo tanto la creencia) y que apunta a enterrar lo que había sido descubierto
In: La Recherche N0 331, Mayo de 2000.Traducción: Manuel Antonio Baeza R. Concepción, Diciembre de 2000.

LA EXTREMA RIQUEZA: CAUSA DE LAS DESIGUALDADES EN CHILE, por José Cademartori

El nivel alcanzado por el Producto Interno Bruto en los últimos años es un indicador elocuente de las posibilidades reales de un reparto mucho más equitativo de los ingresos en Chile. Se trata de una suma que llegaría el presente año a unos 160.000 millones de dólares, cifra que eran inimaginable, unos pocos años atrás. En ella se refleja el notable precio alcanzado por el cobre y otras materias primas que lleva más de cuatro años y no tiene visos de caer, salvo en caso de catástrofe económica mundial.

Si dividimos esa cantidad entre los 16 millones de habitantes, corresponde un producto de 10.000 dólares por persona. Traducido a pesos, tocaría a cada chileno, hombre, mujer, niño, un equivalente de 416.000 pesos mensuales. Cualquier matrimonio sin hijos podría recibir 832.000 mil pesos mensuales. Toda familia de dos adultos y dos niños dispondría de 1.660.000 pesos.

Ciertamente no se trata de establecer un reparto igualitario absoluto. Demos por aceptado un cierto grado de diferenciación por capacidades, esfuerzos y rendimientos, más otros factores comprensibles históricamente. Aún así, es indiscutible que en Chile se han generado suficientes recursos para eliminar la pobreza real que afecta a 3 de cada 10 chilenos y al mismo tiempo reducir sustancialmente las inequidades actuales.

Estas últimas se deben a los mecanismos de reparto de la riqueza, los que generalmente se ocultan ante el gran público para proteger privilegios insostenibles. No es ético que el 75% de la población tenga un ingreso por habitante muy inferior al promedio del país. No es justificable que 10 millones, el 60% de nuestros compatriotas, deban subsistir con menos de 82.000 pesos mensuales, en tanto el producto por habitante es cuatro veces mayor.

DURANTE ALLENDE, LAS DESIGUALDADES LLEGARON AL MÍNIMO

El coeficiente de Gini que mide el grado de desigualdad en la distribución ha confirmado que Chile es uno de los países más inequitativos del mundo. Siendo este indicador en el año 2005 de 0.54, (o de 0.55, según CEPAL, 2004) resulta ser harto más negativo que en los países europeos, naciones asiáticas y oceánicas. Entre 124 países estudiados Chile figura en el lugar 113, o sea entre los 11 peores del mundo.

Por otro lado, afirmar que la magnitud de las inequidades ha sido siempre invariable a lo largo de nuestra historia, es falso. La evolución del coeficiente de Gini revela que el grado de inequidad ha tenido fuertes variaciones en los últimos cincuenta años. Depende esencialmente de las políticas de los gobiernos. Fue relativamente moderado en los años de Ibáñez y Frei padre; se logró el mejor resultado durante Allende; alcanzó los peores niveles durante la dictadura y se ha mantenido muy negativo en todos los años de la concertación. (Departamento de Economía, Universidad de Chile.)

Otro indicador significativo es la relación entre el ingreso por persona del 10% más opulento de la población y el 10% más desprovisto. Hay que tener en cuenta que las entradas de los más ricos están muy subestimados porque no declaran sus verdaderas rentas a Impuestos Internos ni menos a la Encuesta Casen. Con todo, la relación por familia entre uno y otro extremo fue de 31 veces y por persona fue de 53 veces, según la Casen 2006. Aún más. Si se excluyera el decil más rico y se considerara sólo al 90% de la población restante, la distribución sería mucho más pareja, menos concentrada. Esto confirma que la extrema riqueza es la causante de las profundas desigualdades entre nosotros.

LOS DOS CHILE, EL 1% Y EL 99%

El resultado es más impactante si se compara el 5% más rico con el 5% más pobre. Entre 1990 y 2005 la distancia entre unos y otros se alargó de 110 a 220 veces. Los super ricos avanzan a pasos de gigante y los pobres a pasos de enano. Esta creciente polarización tiene poco que ver con trabajo o sacrificios, ni menos con talentos naturales. Tiene que ver con monopolios, instituciones económicas y poder político, coludidos para implantar las leyes que más les convienen.

Las distancias también son marcadas si nos fijamos cómo se reparte la nueva riqueza dentro del 10%, de chilenos más afortunados, un universo constituido por 1 millón 600 mil personas. La acumulación del capital se concentra en el 1% de la población -160.000 personas- constituida por los multimillonarios, sus asociados y asesores. Se trata de unas 40.000 familias, un número insignificante en comparación con los 4 millones de familias chilenas. Las cifras indican que esa privilegiada minoría es la que más ha profitado del crecimiento económico de los últimos dos decenios y especialmente en los últimos años, generando una distribución que con razón los obispos católicos llamaron “escandalosa”.

SE HAN CONFORMADO DOS CHILE MUY OPUESTOS ENTRE SÍ

Uno, el que gira alrededor de un reducido círculo de magnates, tanto chilenos como multimillonarios extranjeros con inversiones en el país. Son los dueños de las grandes minas, enormes extensiones de bosques, las tierras de cultivo más fértiles, los mejores litorales costeros y lacustres, suelos urbanos estratégicos, valiosas fuentes de agua en ríos y lagos, grandes industrias, centros comerciales, etc.

La privatización no se detiene ante desiertos y montañas. Dos tercios del territorio nacional son ahora propiedad privada. Están identificados 114 grupos económicos controladores de sociedades anónimas, que son los que concentran los mayores patrimonios. Existen unas 1.200 mega empresas que facturan el 63% de las ventas de todos los mercados. El otro Chile, está constituido por la inmensa mayoría de la población que incluye desde indigentes y pobres hasta extensas capas medias. Aquí se incluyen obreros y empleados, los 600.000 mini y pequeños empresarios, cuyas ventas no pasan del 10% del total.

Ni unos ni otros poseen patrimonio suficiente que les asegure su existencia, pues sus viviendas están hipotecadas, sus ingresos comprometidos por años, debiendo trabajar al límite de sus fuerzas para sostener a sus familias. Sus horas de trabajo, sin contar el tiempo de traslado, están entre las más agobiadoras. (Santiago es la 7a ciudad con la jornada más larga del orbe) Una enfermedad grave, un accidente, una crisis económica, la separación de los padres, bastan para caer en la pobreza o en la indigencia. Como reconoció el empresario Felipe Lamarca: “Un gran porcentaje de la población se levanta y se acuesta con angustia. Viven tremendamente ajustados, con el espectro del desempleo y las deudas encima.”

EL GRAN BOTÍN DE LAS TRANSNACIONALES

Desde luego, buena parte de lo que el país produce no entra en la distribución. Se incluye dentro del Producto Interno Bruto (PIB) pero no del Producto Nacional Bruto (PNB), que es lo que realmente se reparte entre los chilenos. Se habla del PIB, pero nunca del PNB. En el 2005, por ejemplo, se restó el 12% del PIB para obtener el PNB. Se trata de una suma tan grande como la mitad de toda la inversión interna o la cantidad porcentual que recibe el 40% de los chilenos, ubicados en los deciles más bajos de la distribución.

Estos recursos van a engrosar las arcas de los multimillonarios del mundo. Es una pérdida neta para el país, es un pesado costo que paga toda la nación al capital transnacional. En los últimos años la rentabilidad del capital foráneo se ha multiplicado, gracias al mayor precio del cobre y de otras materias primas, no porque las compañías hayan sido más eficientes. Este sobre-precio debiera ser propiedad nacional. (Ecuador acaba de decretar que cuando el precio de su petróleo adquiere un nivel anormalmente alto, el 99% del sobreprecio incrementará la renta del estado.)

Desde el año 2003 hasta el 2007, las compañías globales se han llevado la cantidad de 59.271 millones de dólares, esto es cerca de la mitad del Producto Interno Bruto. A comienzos de los noventa eran sumas discretas, pero en los últimos años han ido escalando vertiginosamente: Desde 4.600 millones en 2003 hasta 16.300 millones de dólares el 2007.

La Escondida, Angloamerican, Santander, Enersis, Telefónica, Aguas Andinas, ING, Shell, Nestlé, etc) están entre las que se llevan la mayor tajada. Es tan grande la ganancia que se apropian las transnacionales mineras que les bastó un solo año, el 2006, para recuperar todo lo invertido en los quince años anteriores. Las otras multinacionales -en la banca, las afp, isapres, concesionarias o dueñas de la electricidad, agua, gas, autopistas, comercio, industria- acumulan enormes beneficios mediante intereses usurarios, comisiones incontroladas, peajes abusivos, reajustes excesivos, mensualidades y altas tarifas que extraen de usuarios y consumidores indefensos.

Un ejemplo de ganancias excesivas es el que exhiben las empresas sanitarias, vendidas o concesionadas al capital extranjero por Frei y Lagos. Ellas declararon una rentabilidad exorbitante en el primer semestre del 2007: 35,5% sobre su patrimonio. Las tarifas de estos servicios privatizados podrían ser muy inferiores a los actuales, sus trabajadores mejor remunerados, el Fisco podrían contar con más recursos y aún así, esas compañías tendrían utilidades presentables.

Grupos financieros internacionales compran y venden empresas chilenas en dificultades, pero potencialmente rentables. Despiden gente, aumentan las jornadas, reducen remuneraciones y luego las revenden al poco tiempo, con cuantiosas ganancias. Algunos ejemplos: El complejo minero La Disputada, privatizada por Pinochet para la Exxon, que ésta explotó declarando falsas pérdidas y vendida luego con ganancias; La multitienda La Polar, la eléctrica Transelec. Yacimientos mineros, bosques, reservas de agua, industrias, bancos, plantas eléctricas, afiliados a las afp, cotizantes de isapres, cadenas comerciales, con sus empleados incluidos, cambian de dueños extranjeros, con el beneplácito de nuestras autoridades. Al revés, en Europa y EE.UU, los gobiernos obstaculizan la venta de empresas estratégicas al capital extranjero, porque lo consideran un asunto de soberanía nacional.

LOS MULTIMILLONARIOS CHILENOS Y LOS TRABAJADORES

Los jefes de los clanes familiares y grupos económicos chilenos más poderosos son conocidos: Angelini, Matte, Luksic, Claro, Ibáñez, Hurtado, Vicuña, Said, Yarur, Calderón, Paulman, Solari, Piñera, Saieh, Larraín, Obach, Bezanilla, Lavín, Délano, Ponce, Fernández León, Vial, Silva, Yurasek, Edwards, entre otros. Todos ellos han multiplicado sus haberes en los últimos veinte años a un ritmo que no guarda relación con el resto de los chilenos. A algunos les fue muy bien con la dictadura y hasta mejor con la concertación. Se repartieron Cap, Endesa, Iansa, Lan, Soquimich, Celulosa Arauco, Instituto de Seguros del Estado, TV de la Universidad de Chile y muchas otras empresas estatales, compradas a vil precio y revendidas con grandes ganancias. Según la revista Forbes, la familia Angelini acumula un patrimonio de 6.000 millones de dólares y subió al lugar 119 entre los más acaudalados del mundo.

El clan Matte le sigue de cerca, 5.600 millones de dólares en el lugar 137. Ambos subieron en un año, 62 puestos. Poco más atrás está el grupo Luksic. El dueño de Lan, Chilevisión, y decenas de miles de hectáreas de tierras vírgenes de Chiloé e infinidad de otros negocios, Sebastián Piñera, avaluado en 1.200 millones de dólares se ubica entre los 799 hombres más ricos del planeta.

En cambio los obreros, administrativos y técnicos que contribuyen a la acumulación de estos magnates están muy por debajo de lo que perciben europeos, norteamericanos, del este asiático y del pacífico. Por ejemplo, un operario agrícola bien calificado percibe en Chile hasta $300.000, su similar en Nueva Zelandia, $900.000. Difícilmente esta distancia puede acortarse, mientras año tras año los asalariados chilenos sigan recibiendo mucho menos del aumento de la productividad de su trabajo, y los patrones se queden con la mayor parte de ese aumento.

Tal es uno de los mecanismos principales de las mayores desigualdades, refrendado por la legislación laboral heredada de la Dictadura. (prácticas antisindicales, despidos arbitrarios, negación del derecho a huelga, subcontratación). No es de extrañar, entonces, que sea el capital el que aumenta su participación en la renta nacional, en desmedro del trabajo asalariado y del trabajador por cuenta propia. (Cuentas Nacionales, Banco Central)

Por si lo anterior no fuera suficiente, nuestros rmillonarios tampoco cancelan los impuestos que debieran, a pesar de las blandas leyes que les rigen. Tienen muchas formas de ocultar sus verdaderos ingresos y eludir el pago de los tributos, entre otras, el secreto bancario y la prohibición de publicar sus declaraciones.

Usan los resquicios legales, forman sociedades de papel, inflan sus gastos, o mantienen cuentas en "paraísos fiscales". Tienen expertos, auditores y abogados que les arreglan sus declaraciones. Un ejemplo de estos métodos mafiosos utilizados con la complicidad de bancos “respetables” (cuentas brujas, identidades falsas, compañías ficticias en paraísos fiscales) ha sido revelado en el proceso por fraude a Pinochet y su camarilla. El ex Director de Presupuesto, Mario Marcel asegura que “si miramos el cinco por ciento de la población más rica, sólo la mitad de ellos paga el impuesto a la renta que les corresponde”.

Y eso, sin perjuicio de las numerosas exenciones legales vigentes que los favorecen como las donaciones, las plantaciones forestales y muchas otras: el 98% de estos privilegios van a parar al 20% de chilenos más acomodados. El Fisco se desprende generosamente de 3.164 millones de dólares cada año para favorecer a grandes empresarios, entre los cuales están los dueños de las forestales, las inmobiliarias y las financieras.

EN LA BOLSA LOS BIEN DATEADOS PUEDEN HACERSE MÁS RICOS

Una muestra de hacia donde va a parar el crecimiento bajo el modelo económico neoliberal es el siguiente dato: En 1980, el valor bursátil de las diez principales sociedades anónimas equivalía al 4% del PIB de ese año. En el 2006, el valor de las diez primeras había subido al 60% de un PIB ya aumentado notoriamente. Hasta el Fondo Monetario Internacional lo reconoce: El mercado bursátil chileno es el más concentrado de América Latina. A lo que se puede agregar: Los cinco grupos económicos más grandes son los dueños del 48% del valor de los activos transados.

La Bolsa de Valores de Santiago se ha convertido en fuente de suculentos negocios, con dineros ajenos. Frei y Lagos, con sus leyes para “perfeccionar” el mercado de capitales (MK1, MK2) rebajaron impuestos a sus privilegiados participantes. La falta de un estricto control fiscal y de sanciones efectivas sobre los operadores financieros permitió fraudes como el de Inverlink con apoyo de bancos cómplices que le costó a la Corfo 100 millones de dólares. Los corredores y las filiales de bancos se han convertido en nuevas y rápidas fuentes de enriquecimiento.

Cinco de las decenas de corredores bursátiles existentes controlan el 60% de todas las transacciones. Mientras faltan fondos para inversiones productivas y sociales, públicas y de las pymes, sobra " liquidez" para transacciones especulativas de corto plazo, dentro y fuera del país, desde las mesas de dinero, futuros, emisión de acciones y bonos, fusiones, compraventa de empresas. Entre los que más ganan están quienes tienen crédito ilimitado y están bien dateados.

El gerente general de los supermercados Jumbo contó a una revista cómo lo hizo él mismo: “Cuando Cencosud entró a la Bolsa me endeudé y compré un millón de acciones. Me costó un millón de dólares. Hoy mis acciones valen cuatro millones de dólares”. (De paso, recordemos que en Cencosud fue donde unas cajeras denunciaron que se las obligaba a usar pañales, para que no perdieran tiempo en ir al baño) Otro tanto hizo Piñera. Cuando supo, como miembro del directorio antes que el resto, que con los resultados del año, las acciones de LAN iban a subir, se adelantó a vender una parte. Cometió un acto ilegal, “uso de información privilegiada”, pagó una multa de 180 millones de pesos y se quedó con una suculenta ganancia.

Pero al recinto de la Bolsa no entra cualquiera. Los ahorrantes modestos que reciben míseros intereses, sin UF, por sus depósitos bancarios o por los Fondos Mutuos, no tienen acceso al templo bursátil. Para empezar, las corredoras cobran por cada transacción, hasta un 3,5% sobre el capital invertido, con lo cual toda la utilidad se la puede llevar el comisionista.

Los Fondos Mutuos con mayores rentabilidades exigen que el subscriptor coloque un mínimo de 10.000 UF (190 millones de pesos) para ser participante. Ningún pequeño o mediano empresario puede darse ese lujo.

DE DÓNDE PROVIENEN LAS GANACIAS EXTRAORDINARIAS DE LOS BANQUEROS

La concentración es la tónica en el sistema financiero. De los 26 bancos existentes, tres de ellos- Santander, BCI y Chile- monopolizan el 60 % de todos los préstamos bancarios. Como lo dijo un ejecutivo “los bancos en Chile llevan cinco años con resultados fuera de serie”. El año pasado las instituciones bancarias obtuvieron utilidades líquidas por un total de 1.690 millones de dólares. De entre ellos los tres más grandes, el Santander, el Chile y el BCI se llevaron el 67% de esa suma.

Los beneficios totales, después de descontar los impuestos, correspondieron al 18,56% sobre el capital propio y sus reservas, una tasa de rentabilidad entre las mejores del continente. Pero ese es el promedio. Los bancos Falabella y Santander lo superaron con creces, se adjudicaron 34,5% y 29,7%, Además de los suculentos dividendos que recibieron, sus principales accionistas se hicieron de ganancias extras con la venta de una parte de sus acciones. En doce meses, las del BCI subieron 23% y las del Chile, 43%.

¿Cómo se explican estos extraordinarios ingresos de los bancos? La fórmula consiste en altas comisiones, bajos intereses por la captación y altos intereses por la colocación, todo ante la indiferencia de la Superintendencia de Bancos. A los modestos ahorrantes ya no los necesitan, puesto que el "independiente" Banco Central les proporciona gustoso a los banqueros privados dinero barato y abundante, cada vez que es necesario. Otras fuentes de superganancias son los malos sueldos de los bancarios, la subcontratación y los despidos constantes por reorganizaciones y fusiones.

Las comisiones bancarias aumentaron entre 1997 y 2006 desde 222.955 millones de pesos a 455.906 millones de pesos. Un desorbitado aumento de 104%. Hasta 1996 los bancos no exigían pago por uso de cuentas corrientes, tarjetas de crédito, de pago, cobranza de documentos, cajero automático, recaudaciones, cuentas de ahorro y otras operaciones. Las comisiones les proporcionan a los banqueros entradas seguras, sin riesgo alguno, a diferencia de los créditos. Los intereses usurarios por sobregiros, adelantos, cobranzas, o préstamos de corto plazo que cancelan los clientes “no preferenciales”, vale decir, las pymes, profesionales medios, deudores hipotecarios, etc, es la otra gran fuente de enriquecimiento de los banqueros.

Hay que recordar que en los años ochenta los bancos privados cayeron en la bancarrota por la misma razón de siempre: la codicia desmedida de sus gestores. En vez de expropiarlos sin necesidad de indemnización, Pinochet obligó a todos los chilenos a pagar el costo del rescate. Se inventó la " deuda subordinada" y se les otorgó a los bancos un plazo de 40 años para cancelarla. Así por ejemplo, el Banco de Chile asumió una deuda de 4.640 millones de dólares hace diez años. Todavía debe 1.728 millones, o sea 1,3 veces el valor de su patrimonio.

La deuda con el estado es mayor que el patrimonio de sus accionistas. Pero sus controladores no tienen que preocuparse. Todavía les quedan 30 años para pagar. Como si este regalo del estado fuera poco, el Banco del Estado, en el gobierno del “amado” Lagos, le prestó al grupo Luksic una elevada suma para que se hiciera dueño del paquete de acciones que le permitió tomar el control del Banco de Chile.

LOS ESTUDIOS DE MERCADO Y LAS DESIGUALDADES SOCIOECONÓMICAS

Las consultoras de mercado dividen a la población chilena en cinco estratos, según su capacidad de compra: El ABC1, el de mayores ingresos; luego vienen el C2 y el C3 que corresponden a los estratos medios y bajos, dentro de la clase media; y finalmente los grupos D y E que son los más pobres.

El ABC1 reúne al 7%, los C2 y C3 en conjunto suman el 37% y los grupos D y E constituyen el 56% de la población total. Esta clasificación revela que la clase media ya no es homogénea sino que se divide entre un sector acomodado, C1, otro medio, C2 y un tercero, de bajo o decadente nivel de vida. El C1 con ingresos mensuales de millones se asimila por su estilo de vida y su manera de pensar a la élite más rica.

Los C2 perciben ingresos de entre 600.000 y un millón. Los C3 registran entradas entre 400.000 y 600.000. Los D se sitúan entre 200.000 y 300.000. Y los E obtienen alrededor de 160.000 y menos. Dentro de los C2 y C3 hay pequeños comerciantes e industriales, profesionales sin postgrados, profesores, vendedores o mandos medios de grandes o medianas empresas, técnicos y trabajadores especializados.

En los niveles D y E se encuentran campesinos pobres, micro empresarios, trabajadores por cuenta propia, obreros no calificados y eventuales. Es de notar que el D y E juntos constituyen la mayoría nacional y más de la mitad de ese total son propiamente pobres que no pueden satisfacer sus necesidades de nutrición sana, vivienda decente, acceso a la salud y educación de calidad, seguridad social y ciudadana y empleos dignos.

EL CONSUMO SUNTUARIO, REFLEJO DE LA EXTREMA RIQUEZA

Los chilenos ricos aumentaron en los últimos años un 40%, según un reportaje de El Mercurio, según lo cual la riqueza se está masificando o democratizando.

Sin embargo, se silencia que este aumento de 20.000 nuevos ricos, no pasa del 0,5% de todas las familias chilenas. Que el mercado para los privilegiados esté creciendo, no significa que llegará al alcance de las capas medias C2 y C3 ni menos de los niveles D y E.

El lujo, el afán de ostentación, de imitar el estilo de los multimillonarios del mundo, ha entrado fuerte entre los antiguos y nuevos ricos del país. Gran demanda tienen las mansiones de La Dehesa en terrenos de 2.000 metros, con jardines, estacionamientos, canchas deportivas, casas para la servidumbre, etc. Se venden a un precio de 800 millones como mínimo.

Las familias de los C2 sólo pueden aspirar a departamentos treinta veces más pequeños y los C3 a viviendas "sociales" aún más reducidas, de material ligero, sin patio, fácilmente inundables. Mientras las villas para pobres están expuestas a la violencia y la delincuencia, los ABC1, como en Valle Escondido en Lo Barnechea, habitan condominios amurallados, con instalaciones electrónicas, furgones de seguridad que recorren las calles internas las 24 horas, para vigilar a las nanas, jardineros y maestros.

En las urbanizaciones proyectadas en Chicureo, las inmobiliarias piensan recaudar unos 3.000 millones de dólares, cantidad de sobra para aliviar el problema de 280.000 deudores habitacionales o para entregar viviendas a 150.000 familias jóvenes que viven hacinados. (Sólo en la Pintana y en Conchalí hay 14.000 allegados inscritos). En cuanto a la llamada "segunda vivienda", la revista Capital dice que uno de los dueños de la financiera Celfin pagó 600 millones por una casa en Zapallar.

El estilo distinguido comprende el uso de estupefacientes de alto precio. El 23% de los ABC1 los consume. Entre ellos están de moda los viajes a los prostíbulos de Oriente, los cruceros transatlánticos, los safaris africanos, los fines de semana en los casinos de Las Vegas, o ir de compras a las boutiques de marcas en Alonso de Córdova, de Vitacura, donde un reloj cuesta 400.000 pesos, una cartera 4 millones. Según sus dueños para entrar a estas tiendas (joyerías, licores premium, motos exclusivas) el cliente debe tener a lo menos entradas mensuales de 8 millones de pesos.

Los super ricos chilenos ya no pisan los aviones comerciales, para ahorrarse las colas, revisiones, impuestos, recargos y molestias que sufren los demás mortales en los aeropuertos. Disponen de sus propios aviones ejecutivos incluidos pistas de aterrizaje, hangares, pilotos permanentes, etc.

El año pasado la fabricante Cessna vendió 24 aparatos a precios que van desde 2,5 millones de US, cada uno. Según la prensa, A. Luksic gastó 25 millones de dólares en la compra de un avión personal. Sólo mantenerlo le cuesta 8 millones de pesos al mes, el sueldo de uno de sus ingenieros de minas. Para sus traslados entre sus mansiones y oficinas utilizan sus helicópteros.

Los más baratos se venden a 200 millones de pesos y los lujosos, a 750 millones. La revista Capital asegura que el dueño de El Mercurio posee un Bell 412 para 15 pasajeros cuyo costo supera los 3.000 millones de pesos. Cuántas vidas humanas se podría salvar, víctimas de accidentes, catástrofes naturales o enfermos pobres de zonas apartadas o de poblaciones periféricas, si los servicios públicos de salud que apenas cuentan con ambulancias destartaladas, tuvieran otros 180 helicópteros, el mismo número que los millonarios. El libre mercado asigna los recursos, pero para el disfrute exclusivo de unos pocos.

Muchas de las mejores playas marinas y bordes lacustres son inaccesibles para los pobres y las capas medias, pues están cercadas para uso exclusivo de los resort, clubes o mansiones privadas, aunque el Código Civil diga que las playas son bienes de uso público.

Los deportes invernales, por los altos costos de alojamiento, transporte y servicios anexos, están, cuando más al alcance del 10% de los niños y jóvenes. (Lavín cuando fue alcalde de Santiago encontró la solución genial: instaló nieve artificial para los niños pobres en el centro de la capital). También se hace creer que el golf se está convirtiendo en un “deporte muy popular”, lo que es cierto sólo entre los arribistas.

Entre las nuevas canchas que se construyen, a un costo de varios millones de dólares, de un enorme derroche de agua para riego y pérdida de tierras de cultivo, hay una que se levanta en Chicureo. No se admitirán más de 600 socios. Costo de incorporación, 12 millones y cuota mensual, 256.000 pesos.

A estimular el consumo suntuario contribuyó el gobierno de Lagos y los parlamentarios que aprobaron la reducción de los impuestos a las altas rentas y a los a los automóviles de lujo. Así un BMW que costaba 40 millones de pesos bajó a 32 millones. La caja fiscal pierde 8 millones por cada privilegiado comprador. Mercedes Benz asegura que venderá este año unos 1.000 automóviles a un precio de 50 millones cada uno: total 50.000 millones de pesos. Esa suma equivale al costo de 1.000 buses que servirían para resolver los problemas del Transantiago. Dinero público no hay para las necesidades diarias de millones de santiaguinos de a pié, pero dinero privado sí hay, para satisfacer el ego de unos mil privilegiados.

CUÁNTO GANAN LOS MIEMBROS DEL ABC1.

¿Cómo se explica esta fiebre de derroche? El sector ABC1 parte con ingresos mínimos de unos 2 millones de pesos mensuales por persona y puede llegar a un centenar de millones. A pesar de no constituir más del 7% de la población su peso en el mercado es igual al 40% del poder de compra de todos los consumidores.

El A representa a los multimillonarios, el B a sus socios menores y a los nuevos ricos y el C1 a los altos ejecutivos y la clase media "alta". Aquí se incluye a directores de sociedades anónimas, socios de grandes consultoras, profesionales de moda, mandos superiores de grandes empresas y jerarcas del estado. (directores del Banco Central, superintendentes, senadores y diputados, miembros de la Corte Suprema, generales y almirantes) Entre ellos están los notarios que operan para las grandes empresas y el conservador de bienes raíces que se adjudica 80 millones de pesos al mes.

Los directores de sociedades anónimas suman unos 400, de los cuales 52 se repiten en cinco directorios y 10 participan en 8 o más compañías. Algunos son los jefes de los grupos, otros son sus “hombres de confianza”, o también socios menores de los principales accionistas o "profesionales independientes", con buenos vínculos. (generalmente ex altos funcionarios de gobiernos anteriores) Los directores reciben elevadas dietas, viáticos, gastos de representación, todo lo cual reduce los impuestos y los dividendos a repartir entre miles de pequeños accionistas.

Los ejecutivos top en Chile (gerentes generales, de finanzas, de marketing, etc) están entre los mejor remunerados del continente y superan a no pocos de sus congéneres de países desarrollados. Según Price Waterhouse, un estudio basado en 130 grandes empresas del país, un gerente general tiene un sueldo fijo de 20 millones al mes, más entre 30 y 150 millones al año, en bonos por "desempeño".

A igual remuneración bruta con sus pares europeos, el neto es mayor en Chile, porque una vida suntuosa aquí es más barata que allá, y además se paga menos impuestos.

En las mayores compañías las remuneraciones anuales fluctúan entre medio millón y un millón de dólares, sumando bonos y granjerías, como acciones, seguro de vida, viáticos, cobertura médica, educación elitista para los hijos, vacaciones extras, hasta cuotas de socios en clubes exclusivos. Un pequeño grupo de ejecutivos de D&S (la cadena de supermercados) se repartió un total de 6.100 millones de pesos el año pasado.

La prensa también reveló que Santander repartió 30.000 millones de pesos entre sus ejecutivos de elite. Jumbo pagó a los suyos un promedio de 13 millones mensuales, Falabella, 8 millones.

LA NUEVA INDUSTRIA DE LAS SUPER RICOS

Según la revista Qué Pasa existen “unas 10 mil familias con un patrimonio superior a US$ 1 millón disponible para invertir". Se dice que la nata de los privilegiados está formado por las míticas 52 familias tradicionales de la industria y banca nacional que conforman los holdings locales.

Es tanto el poder de compra de los nuevos potentados, calculado en unos 10.000 millones de dólares como mínimo, que ya se habla de una “industria” muy lucrativa: administrarle el dinero a los supermillonarios. Algunas de estas gestoras manejan cuentas por 400 millones de dólares y cobran por la asesoría, fuera de gastos, 0,5 % sobre el capital.

Según algunos expertos las familias más ricas del país son las que parten con 70 millones de dólares de capital, en cuyo caso, contratan a su propio asesor financiero personal, con dedicación exclusiva. Entre estas familias se menciona a Avayú, de la distribuidora de autos Indumotora, Solari, Fernández León y Sarquis, todos cabezas de grupos económicos.

Otros especialistas aseguran que en Chile existen unas 70.000 familias que mantienen saldos en sus cuentas bancarias para consumo inmediato por un monto de 100.000 dólares cada una, o sea unos 50 millones de pesos. Esto se explica. La mitad de ellas, unas 35.000, poseen activos sobre los cinco millones de dólares.


CÓMO SUPRIMIR LAS ESCANDALOSAS DESIGUALDADES

Hay quienes creen que podrá mejorarse la suerte de los millones de pobres y capas medias angustiadas, sin tocar un peso de los que detentan la extrema riqueza. Eso es imposible. Ya está demostrado que “el crecimiento con equidad” fundado en un modelo neoliberal es un contrasentido, ha sido una burla cruel.

Estamos llegando al final de un ciclo y cuando más dinero se acumula en el país, los abismos entre el consumo suntuario de la minoría privilegiada y la sobrevivencia de la gran masa se están ahondando.

Tampoco cabe esperar que con las medidas demagógicas de los políticos de derecha, de repartir unos cuantos subsidios más y privatizar las últimas empresas y servicios públicos, todo a costa de los mismos impuestos que pagan los pobres sin modificar las mínimas contribuciones de los grandes capitales, se va a modificar el cuadro dramático que exhiben las crudas cifras.

En vez de los nefastos “consensos” entre gobierno, derecha y grandes empresarios o del diálogo desigual entre patrones y trabajadores, se requiere una nueva política, otro consenso, en el que se sientan interpretados y sean partícipes la gran mayoría que hoy no tiene voz, voto, ni representación.

El ciudadano común hoy sólo logra ser escuchado cuando se manifiesta en la calle, en la protesta a viva voz, la huelga, la ocupación de locales, los tacos del transporte, el corte de caminos, etc. Siempre hay una posibilidad más o menos pacífica y ordenada de iniciar una reforma estructural en la economía y en la vida pública y quienes se oponen son los verdaderos violentistas.

Una mayoría nacional, con fuerte componente de los pobres y las capas medias desprotegidas, debe tener derecho a cambiar las reglas del juego, constitución, leyes, instituciones, para salir del modelo neoliberal y construir una democracia participativa. Pero esa mayoría debe tener como objetivo, otro tipo de crecimiento que favorezca a los de abajo, en desmedro de los de arriba. Que se plantee metas y plazos claros para la redistribución de la riqueza y la eliminación de la pobreza, que eleve los ingresos del trabajo de los deciles bajos que conforman no menos del 60% de la población, congelando los del 10% más rico del país. Sólo así puede mejorar el indice de Gini.

Los instrumentos y las políticas públicas para una verdadera redistribución, existen, son conocidos y han dado resultados positivos en diversos países y épocas. Entre otras medidas debe estar el cambio en la legislación laboral a favor de los trabajadores, el mejoramiento sustancial del acceso a la salud y a la educación de calidad, y el apoyo a las mipymes.

Uno de los instrumentos probados es el sistema tributario. El actual necesita una profunda revisión. Debe disminuir drásticamente el gravoso 19% del IVA a los alimentos básicos, medicamentos, libros y otros bienes indispensables, lo que debe acompañarse con rebajas obligatorias a los precios al consumidor. A la vez, hay que establecer un fuerte IVA a los consumos suntuarios o a las actividades dedicadas a satisfacer a las elites acomodadas.

El impuesto a la renta de los capitales debe elevarse y hacerse progresiva para los grandes capitales, los monopolios, las actividades financieras y especulativas y reducirse para las pequeñas empresas y actividades productivas individuales y asociadas. Se debe reducir la proliferación de exenciones tributarias, fuente de privilegios. Hay que terminar con el secreto bancario para fines de control e investigación de ilícitos. Las declaraciones de rentas para efectos tributarios deben ser transparentes para combatir la evasión.

Es necesario reponer el impuesto a la extrema riqueza, similar al establecido durante el gobierno de Frei Montalva, el que podría tener un piso de 600 millones de pesos, con una tasa progresiva y sobre la base de evaluación comercial de los bienes. Esto afectaría sólo al 2,5 % de los hogares. (100.000 sobre 4 millones) La tributación a la gran minería privada debe cambiar para que el país recupere lo que le corresponde por ser el dueño soberano de los yacimientos y por tanto de los altos precios de nuestras minerales.

La reforma tributaria debe avanzar a fondo hacia la equidad y a la vez aportar recursos considerables para fortalecer el papel del estado democrático.

Debe incrementarse su rol en la economía. Al mismo tiempo se requerirá una nueva y mayor regulación de los mercados, una limitación del poder de las mega empresas, un control de los monopolios, un nuevo tipo de crecimiento más sólido y sustentable que tienda a la supresión del desempleo masivo y reduzca nuestra dependencia ante las turbulencias de la globalización.

La institucionalidad actual, debe modificarse para hacer más equilibrada la relación entre patrones y asalariados, entre grandes y pequeñas empresas, entre consumidores y los grandes intermediarios.

El autor es economista. Ex ministro de Economía del Gobierno de Salvador Allende. Colaborador permanente de Crónica Digital.
Santiago de Chile, 24 de enero 2008
Crónica Digital