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Chinindia, un nuevo término se creó para encerrar en una palabra el fenómeno que remece al mundo con la fuerza de un volcán, y que obliga a todos a mirar hacia esa zona del globo terrestre, que está siendo el epicentro de una de las transformaciones más relevantes de la historia de la humanidad.
Juntos, estos dos países asiáticos que comparten una frontera, representan -por ahora- el 7,8% del PIB mundial y un 37% de la población del planeta, manteniendo ambos en lo demográfico una considerable distancia con otras naciones. En efecto, China tiene poco más de mil 300 millones de habitantes e India se acerca a mil 200 millones, mientras que Estados Unidos, el país más próximo a estos dos gigantes, apenas se empina por encima de las 300 millones de personas.
Sin desmerecer los alcances de las siderales brechas demográficas que separan a estos dos colosos del resto del mundo, lo verdaderamente relevante es el profundo cambio económico y social que están experimentando ambos países.
En los últimos cinco años China ha venido creciendo a tasas de dos dígitos, con un dinamismo que lejos de desfallecer, parece ir cobrando cada vez más fuerza. Según el FMI, China se expandió 10,4% en 2005, 11,1% en 2006 y crecería 11,2% este año y 10,5% en 2008. India, en tanto, en 2005 y 2006 creció a ritmos de 9% y 9,7% , este año aumentaría el PIB en 9% y el próximo en 8%.
Cambios Sociales
A toda máquina progresan estas megaeconomías, y el factor clave es que están viviendo cambios profundos al interior de sus sociedades. Hasta hace algunos años, China e India eran países muy grandes, pero muy pobres. Pero esto ha cambiado.
La clase media en India, segmento que se define como el formado por personas que ganan entre US$4.545 y US$23.000 al año, se ha triplicado en los últimos 20 años, hasta alcanzar una masa de 300 millones de individuos. Esto equivale a poco menos que el total de la población de Estados Unidos. Pero lo más importante no es lo que se ha avanzado, sino lo que está por venir.
Un ejemplo claro es el mercado de la telefonía móvil. India posee el más dinámico en todo el mundo, y lo asombroso es que apenas un 16% de la población india tiene hoy un celular.
También son cifras que reflejan el potencial de crecimiento de esta nación, las estadísticas que muestran que la mitad de la población india no tiene por ahora acceso a financiamiento bancario o de alguna entidad crediticia. O aquella que muestra que apenas 7 de cada mil personas poseen un auto, frente a los 500 de cada mil que registran los países de Europa. Previendo el explosivo aumento que continuará mostrando la demanda interna en India, las multinacionales asentadas en el país de los elefantes no paran de construir en sus confines, nuevas plantas industriales. General Motors, por ejemplo, está invirtiendo US$300 millones en levantar su segunda fábrica en India, preparándose para al aumento al triple que tendrán en esa nación las ventas de autos en los próximos ocho años.
Y qué decir del mercado de la extrema riqueza, un nicho que se estima hoy está conformado por más de mil hogares indios que tienen activos por encima del millón de dólares, cada uno. Estas transformaciones explican que la inversión extranjera en India haya pasado de US$452 millones en 1995 a US$5.335 millones en 2004, y que más de 200 compañías de las Fortune 500 hayan tercerizado sus servicios y soportes en empresas indias.
China
Si las cifras de India son sorprendentes, las de China provocan más asombro todavía. Este país no sólo es la gran fábrica del mundo, sino que también se está transformando en el gran consumidor del planeta. De aquí a 8 años será el mayor productor de autos del mundo y también el principal comprador, porque las ventas de automóviles ya se duplican año a año en ese mercado.
La población china, que está aumentando su poder adquisitivo al crecer la economía a ritmos de 11%, está viviendo una drástica transformación alentada por procesos como el éxodo desde el campo a la ciudad, migración que entre otros efectos, está provocando cambios en los hábitos de consumo y que llevan a demandar productos que antes no formaban parte de su dieta alimenticia tradicional o de su canasta de productos básicos. A la vez, los analistas están subrayando el fuerte aumento en el consumo que muestra China como una señal de que el país está liberándose de su dependencia de la inversión y las exportaciones, para su crecimiento. Un dato que justifica considerar a China e India como el epicentro económico del mundo, es que estos dos países, más Rusia, darán cuenta de la mitad del crecimiento mundial este año.
Beneficios Para el Mundo
En su última actualización, el FMI elevó su pronóstico de crecimiento para China en 1,2 punto porcentual al prever una expansión de 11,2% este año. De este modo, China, junto con India, otros mercados emergentes, y Alemania y Japón; está proveyendo una compensación todavía más fuerte que la proyectada hace tres meses, al debilitamiento que está experimentado Estados Unidos, permitiendo que la economía del mundo extienda su actual fase de crecimiento más rápido en tres décadas.
Más a largo plazo, el factor estabilizador de las economías de China e India es clave. En los años 90 en Asia había 100 millones de personas de clase media, y hoy ese número ha aumentado a 800 millones, es decir, una cifra mucho mayor a la existente en Europa y América Latina. “Es una masa de consumidores que ya está pensando en el próximo automóvil, en educación de calidad para los hijos, o en la casa propia. Eso proporciona una gran estabilidad”, puntualiza un avezado observador de las economías asiáticas.
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