A continuación transcribo esta nota donde Porter critica a la economía chilena:
“Está claro que Chile ha sido una estrella económicamente”. Con esta frase partió ayer su presentación en nuestro país el destacado profesor de la Universidad de Harvard, Michael Porter, quien fue invitado por el MBA de la Universidad del Desarrollo, con el patrocinio de Diario Financiero, para dictar el seminario “Estrategia Competitiva: aprendiendo a ganar en el Chile de hoy”.
El análisis del experto en materia de planificación estratégica giró en torno a destacar el buen resultado económico mostrado por el país en los últimos años en comparación con el resto de los países de Latinoamérica. Sin embargo, a los pocos minutos, los elogios dieron paso rápidamente a severas críticas y llamados de atención respecto a los aspectos pendientes que el país aún no ha logrado superar, sobre todo a la hora de compararlo con los países en vías de desarrollo, con los que compite a nivel mundial y con los que -a juicio de Porter- sí debemos compararnos.
“Si comparamos a Chile con sus pares de la región se ve bastante bien... Pero nos estamos comparando con la competencia equivocada. Es decir, en comparación a América Latina Chile se ve regio, pero comparado con quienes en realidad se está compitiendo a nivel global, no se ve tan bien”, argumentó.
“China, Rusia, Estonia, Corea, Grecia, Taiwán, Irlanda, Kazajstán. Todos están mejor en cuanto a impulsar el crecimiento y la prosperidad, y eso es lo que importa. No nos interesa la rapidez con que crecen, lo que importa es si hay mayor prosperidad. En comparación a donde quiere estar, no está tan bien”, agregó.
Por lo tanto, aunque dijo que Chile tiene mucho de qué enorgullecerse -“y lo he visto porque he venido por muchos años acá”, comentó-, también tiene que preguntarse si está dando hoy los pasos necesarios como para lograr un crecimiento futuro con prosperidad. “Es ahí donde tengo mis serias dudas. Y no veo suficiente compromiso para tomar acción y cambio. Veo una especie de parálisis en el debate económico sobre el futuro de Chile”, sentenció.
El experto internacional destacó lo preocupante que debería ser para el país el haber logrado sólo una tasa de crecimiento de 5% con un precio del cobre en sus mayores rangos en varios años, en circunstancias que muchos otros países que no dependen de este commodity lo hicieron a tasas de hasta 10%. “Con estos valores del cobre estamos en un momento muy peligroso para Chile, porque ustedes podrían interpretar mal lo que está pasando. Se podría pensar que están fabulosos, pero la pregunta que se tiene que formular Chile es por qué no está creciendo más rápidamente, a la luz de que el mero precio del cobre significa varios puntos porcentuales en el crecimiento”.
Por esto Porter basó su presentación en la hipótesis de que Chile debe ser capaz de pasar a lo que calificó como “un segundo acto” en materia de planificación estratégica, con el objetivo de alcanzar un mayor desarrollo. “El primer acto de la obra era el éxito. Aplausos. Ovación de pie. Pero el segundo acto aún no ha comenzado. Todavía estamos orgullosos del primer acto. Esto es grave. Me preocupa porque sé y conozco este país muy bien. Hay que prepararse para el segundo acto y para ello tenemos que tomar buenas decisiones, superar ciertos diálogos, debates, que no son de mucha utilidad”, argumentó.
Las tareas
En esto, lo primero que se debe hacer según Porter es mejorar el atractivo que Chile tiene a ojos del resto del mundo. Dijo que si bien se han abordado positivamente algunos aspectos atractivos para hacer negocios -“me encantan obras como la Costanera Norte”, sonrió- “los activos duros no bastan, hay que trabajar en otros aspectos del entorno de negocios, lo suficiente y agresivamente para hacer de Chile un lugar más atractivo y que le permita elevar sus estándares de productividad y nivel de vida”, explicó.
Para fijar la dirección que Chile debe seguir a futuro dijo que es necesario tener claridad de qué se necesita para ser próspero en la economía moderna global. “En este juego Chile es próspero y competitivo básicamente por una razón, y es porque puede crear una economía muy productiva. Una economía productiva es una que genera mucho valor por cada peso de capital invertido, mucho valor por cada unidad de nuestros recursos naturales. Chile tiene abundantes recursos naturales, la herencia de estos recursos dará cierta prosperidad, pero para ser realmente prósperos hay que usar todos esos recursos en forma sumamente productiva. Tenemos que producir más valor por unidad de recurso”, sentenció.
En esta misma idea, dijo que lo que hay que poner en práctica de ahora en adelante es ser más eficientes, “conseguir mayores precios por sus productos, mejorar la calidad, el servicio, la marca. Claro que no sólo producir los mismos productos en forma eficiente. La productividad es lo que determina la competitividad. Las naciones compiten en quién ofrece el entorno más productivo para el negocio. Uno puede llegar hasta cierta distancia con los recursos heredados, y Chile ha sido bendecido con suficientes recursos para apoyar un nivel de vida, pero para ser ricos hay que crear la prosperidad, no sólo heredarla, ya que la riqueza se genera con firmas productivas que usan la tecnología, la habilidad, el espíritu empresarial para hacer que el valor suba y suba. Esa es la lógica dura y fría de la globalización”.
Agregó que el “problema fundamental con Chile es que no estamos impulsando la productividad a la tasa que necesitamos. Nuestra productividad laboral no es alta, no está creciendo rápidamente, el éxito tecnológico en Chile es horrible, es una vergüenza lo mal que le está yendo al país en ciencia y tecnología, patentes e innovación. El país no está impulsando la productividad con la velocidad necesaria, por lo tanto nos va a ir bien mientras nuestros recursos sean valiosos, pero no vamos a avanzar”, recalcó.
La idea central del experto es que Chile no va a tener éxito internacional sólo con las buenos resultados en macroeconomía. “Se puede tener el mejor presupuesto nacional, la menor tasa de inflación, un sistema jurídico muy estable, pero eso no crea riqueza, solamente las empresas pueden crear riqueza”, argumentó. “No hay que preguntarse sólo qué tan bueno está el contexto macroeconómico-político-jurídico-social, sino qué pasa con la capacidad microeconómica. Es decir qué tan sofisticadas son las empresas, si están operando con alta tecnología, con sus mejores capacidades, y qué es lo que pasa con el entorno micro. Si no tenemos un buen entorno para los negocios, entonces las empresas no van a crear riqueza, aunque la macroeconomía ande muy bien”.
El segundo acto
Luego de varios minutos dedicados a exponer las falencias de Chile en materia de ciencia, tecnología e inscripción de patentes, innovación, educación, salud, y políticas sociales en general, Porter definió una serie de aspectos que el país debe abordar en forma sustancial en los próximos años. Pero haciendo hincapié en que el trabajo debe comenzar ahora. “Necesitamos entender que es momento para el acto segundo”, afirmó. En esta línea delineó cinco tareas que reúnen el grueso de las principales áreas a trabajar.
-El primero está referido a abordar las limitaciones que impiden la competitividad. “Lo que necesitamos es un aumento en la educación pública. No importa cuánto dinero se le otorgue a las personas, si no se les brinda un buen sistema académico, riguroso, jamás van a poder sostener y contar con buenos ingresos. Así que todas las demás soluciones al problema de la brecha de la distribución del ingreso son falsas. Los países que tienen una buena distribución del ingreso, son países que tienen un buen nivel de educación”, dijo.
-El segundo aspecto de relevancia es la necesidad de perfeccionar los cluster “para que puedan ser más competitivos, robustos, tienen que atraer a las empresas”.
-Otro aspecto importante para Porter es mejorar la capacidad innovativa, donde las empresas cumplan un rol fundamental en la invención de nuevos productos.
-Por otro lado, dijo que era necesario mejorar el trabajo en la integración de las políticas sociales y económicas. “Tengo la idea de que estas dos políticas están completamente separadas en Chile y hay que entender que son políticas integradas, que van de la mano.
-“También inexorablemente se está relacionado con vecinos, por lo tanto hay que tener un plan con respecto a eso. Chile tiene cierta capacidad de ser líder en la región y hay que seguir avanzando en eso”, señaló como último aspecto relevante.
Educación es la base en la distribución del ingreso
Uno de los temas más trascendentales según Porter para mejorar la brecha que existe actualmente en la distribución del ingreso es elevar el nivel de educación. “Los países que tienen una buena distribución del ingreso, son países que tienen un buen nivel de educación”, argumentó. Y no tuvo dudas en afirmar que en Chile la educación es simplemente mala. Por eso la mayor inquietud del experto giró en torno a evaluar por qué no se ha podido avanzar en esta materia, pese a los múltiples recursos invertidos.
Dijo que la clave es enseñar a las personas para que estas puedan ser productivas y así se mejore el rendimiento de la economía en general. Por ello, explicó que no sólo se debe invertir en enseñanza básica o media, también se debe avanzar en otras áreas como una mayor capacidad técnica del personal de las empresas.
¿Cómo se crea una economía productiva?
Según Porter, “necesitamos tener un contexto macroeconómico, político, jurídico y social adecuado. Estos puntos son bien comprendidos en Chile, quizá el menos comprendido es la importancia de la política social, si la gente no mejora su educación, sus condiciones de salud, de vivienda, es bastante más difícil ser productivos como economía, por lo tanto tenemos un aumento en el entendimiento en cuanto a que el crecimiento económico y social van de la mano”. Sin embargo agrega que esto no se soluciona “aumentando el impuesto y entregando ese dinero a los pobres no ayuda, lo que hay que hacer es utilizar los recursos de tal manera de permitir a las personas de menores ingresos a que tengan más éxito en la economía para que puedan ser productivos. Uno de los problemas en Chile es que tenemos baja participación en la economía, en comparación con muchos otros países, particularmente entre las mujeres”.
Falta de innovación tecnológica
Uno de los aspectos de mayor preocupación expuestos por Porter es la falta de innovación en ciencia y tecnología, y con ello la baja inscripción de nuevas patentes.
Dijo que en este tipo de materias uno no se tiene que detener. “Cuando se es un país de un nivel de ingresos medio se puede pedir prestada tecnología de otra parte del mundo, cuando se quiere ser un país del primer mundo hay que crear tecnología, hay que aplicar tecnología. No se trata de ser un país científico todavía, pero sí se tiene que ser un lugar donde haya mucha actividad tecnológica, donde las empresas en muchas áreas sean de alta tecnología”, planteó.
Dijo que el patentar es un representante bastante bueno para indicar actividad tecnológica. “La cantidad de patentes refleja el avance tecnológico. Hay muy buenos ingenieros en Chile, hay gente inteligente, hay talentos ¿qué pasa? ¿Por qué no estamos haciendo inversión en tecnología?”, se preguntó.
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